Fuente
El joven tiene veinte años.
Edad cronológica pero no física,
su juventud se ha diluido
como elixir aeiriforme en el tiempo.
Solo sombras, vacuidad y dolor,
pueblan su melancólica existencia.
Solo tres años atrás era normal.
Esperanza de sus padres y sociedad;
pero el abismo de escapar sin hacerlo
comenzó a poblar su conciencia.
Debilidad producto de la ignorancia.
Ansiedad de ver paraísos artificiales.
Su vista ya divaga entre las formas.
La droga le ha traicionado cínicamente.
Instrumento de su felicidad prematura.
Verdugo de su estado deprimente.
Zombie errante, lánguido y demente.
Abatido soldado de la angustia.
Inadaptado animal de basurero
camino a un fin sin futuro.
Habitante del mundo de los abismos,
carente de espíritu y sentimiento.
El bienestar solo fue una quimera.
El habito rapaz de ella lo apresó.
Fuente
Ahora cuando sin tiempo piensa,
presa del ultimo deliriums tremens,
salido del ultimo viaje alucinógeno,
embriagado por el vértigo del sueño,
comprueba que ha vivido sin sentir,
ha sentido sin seguir viviendo.
Tiene dos años muerto.
La estabilidad de la droga duro uno,
los siguientes han sido embriaguez,
experimentación de su centro nervioso,
pueriles intentos de un reencuentro,
camino equivocado de su tiempo.
En la ultima recta de la carrera.
Libre de los pensamientos huecos,
bajado de su estado de suspenso,
embarcado en su ruina definitiva,
solo ansia llevarse el aborrecimiento
de la droga como extravío.
Extasis de minutos o segundos,
irritación de horas enteras.
La droga nunca será el camino
que lleve al hombre por sus riberas,
es el cataclismo ciego y traidor
que lo lleva a su autodestrucción.
Drogas No.
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