Ese mar inmenso, sin barco a la deriva, aguas calmadas, pero una tormenta se avecina,

Azul profundo, te acaricia la brisa, la que te mueve y agita, mientras yo te observo y busco algún rumbo,

Terrible Soledad tu compañía, mereces ser hayado, recurrido y explorado, que posen en tu bahía,

En tu interior un gran tesoro has escondido, la avaricia del hombre, por hallarlo te ha destruido,

En tus aguas han navegado, solo por interés, pero nadie a podido encontrar lo que posees,

Lo que más anhelas es que alguien se anclara en ti, no solo por lo que puedas darle, si no que amará cada calma, tus mareas altas y aguas revueltas,

Y cuando te conozcan, puedan ver las maravillas que hay en tu interior, esa paz que hay dentro de ti, en tus cálidas aguas profundas,

Esas aguas que junto al cielo, en su inmensidad se vuelven una, en donde las emociones florecen con cada luna, mientras mi corazón se agita, como tú ninguna.

En el mar de tus ojos, hallé mi luz, hallé mi paz, es donde siempre quiero estar...

_{Esta poesía es de mi autoría, la imágen principal tiene su respectiva fuente.}