ROSA

Pasé al lugar con sumo cuidado,
me esperaba y
yo, no estaba más nervioso que preocupado.

Me miró, la miré...
con entusiasmo me presenté,
dijo:
no era ella quién tenía que yo ver,
que no era dónde estaba... lugar ni momento adecuado.

Me habló, preguntó
y yo también le hablé,
los dos con sumo respeto nos escuchamos,
a poco, todo llegó a ser más plácido,
pareció por un momento
llegarnos a entender
las miradas se volvieron más tiernas... el hielo habíamos descongelado.

En rizado pelo mientras la pantalla miraba me fijé,
en su blusa vivía el estampado,
senos bien acomodados me miraban discretos y poco marcados.

Nos llegamos a entender,
me dio resumido en un papel mi necesidad y lo necesitado.

Mi alma solo quiso agradecer
y marchaba del lugar con un corazón pleno y agradecido,
nuestra cita a ciegas
por suerte había triunfado.

Rosa, me dijo su nombre ser,
un beso de despedida quise tener
pero la cobardía de nuevo
me había traicionado.

Marché del lugar aquél,
Salí más feliz que cuando había entrado...
de Rosa y aquel momento
me había enamorado.

Una poesía le declaré,
esta vez sería mío el papel
a ella el dado,
sin cita, sin tiempo y con el alma un día dije de entregarlo.

Aquella mañana y a Rosa...
no la he olvidado.

Poema propio.
Fuente de la imagen:
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