Un saludo cordial a todos los miembros de la prestigiosa comunidad HIVE.
Uno de los mejores indicadores del estado de salud de un ecosistema es la presencia de anfibios, animales muy sensibles a la contaminación y, por ende, a la ruptura del equilibrio ecológico, siendo estos, los primeros individuos en sufrir los efectos de los daños al ambiente.
A nivel taxonómico, los anfibios pertenecen al Dominio Eucariota, Reino Animalia, Filo Chordata, Clase Amphibia, subclase Lissamphibia, que incluye a las cecilias, salamandras, tritones, ranas y sapos.
A nivel ecológico, las especies que conforman el taxón de los anfibios se han destacado por combinar la vida tanto en el agua como en la tierra, pasando por etapas de profundas transformaciones, conocidas como metamorfosis, y en ambos medios, se alimentan, y sirven de alimento a muchas otras especies.
Video subido desde mi cuenta de You Tube, que pueden seguir como Ali Riera.
Los estudios de impacto ambiental contemplan como marcadores claves del estado de los ecosistemas la presencia, desarrollo y permanencia de las especies de anfibios, pero a inicios del siglo XX se encontró una especie de anfibio, en particular, que ponía en riesgo el equilibrio ecológico dentro de los espacios naturales, tanto en el agua dulce, como en la tierra.
Esta especie, conocida al principio como Bufo marinus, que posteriormente fue reclasificado como Rhinella marina, es llamado sapo de caña, originaria de las regiones de América, y es capaz de depredar casi cualquier insecto, pequeños reptiles, mamíferos, aves, y consumir materia orgánica descompuesta, de modo que, hasta este punto, su presencia es útil para el control de plagas.
El problema se presenta cuando los depredadores de esta especie de sapo comienzan a ser diezmados, por efecto del veneno que se produce en las glándulas parotoides, ubicadas detrás de cada ojo, y a lo largo de la espalda, de Rhinella marina, destacando que tanto los adultos, como los renacuajos son altamente tóxicos para muchos animales silvestres, incluidos los peces, reptiles, aves y mamíferos, y mascotas como perros y gatos.
Lo que normalmente debería ocurrir, es que una presa aporte materia y energía a su depredador de un nivel más elevado dentro de las cadenas alimenticias, pero la presencia del sapo de caña en los ecosistemas perturba el movimiento de la energía, creando sobrepoblación de sapos, que crecen de manera descontrolada.
El único individuo que puede controlar a este sapo de caña es el hombre, y debe ejercer ese control con mucho criterio científico, aunque recientemente se ha descubierto que algunos depredadores están atacando a los sapos, desde ángulos que los alejan de las glándulas de veneno, y desechan esa parte de la presa.
El sapo de caña pertenece a la Familia Bufonidae, genero Rhinella, especie Rhinella marina, y su desarrollo ha sido tan próspero, que llega a medir de 10 a 15 cm, habiéndose encontrado especímenes impresionantes, de 50 cm y 2kg de peso.
Para saber más, Dale click aquí
En la naturaleza, este sapo puede vivir unos 15 años, mientras en estado de cautividad puede vivir durante unos 20 años.
Si perciben una amenaza, los sapos de caña secretan un fluido alcaloide, conocido como bufotoxina, que es la causante de las muertes de sus depredadores.
En estado adulto, el sapo de caña tiene la piel seca y llena de verrugas, que intercalan con protuberancias que revisten toda la piel de la zona dorsal y lateral.
Presentan coloraciones variadas, que van desde tonos grises, marrones, rojo, olivas, etc, que se distribuyen en patrones caprichosos, en todo el cuerpo.
La región del vientre es de color crema y puede tener manchas de color negro o marrón.
Su agudeza visual, y su sentido del olfato, son claves para cazar sus presas.
Por su alta capacidad depredadora, el sapo de caña ha sido introducido en muchos países con fines de control biológico, pero los resultados han sido contradictorios y esta especie se ha salido de control, diezmando poblaciones autóctonas, con la consecuente pérdida del equilibrio ecológico.
Lo ideal es permitir que la naturaleza se autorregule, pero en ocasiones, ese equilibrio se ve perturbado por especies que presentan atributos excepcionales, como es el caso del sapo de caña, que de a poco, va entrando en el plan de armonía de los ecosistemas.
Bibliografía sugerida:
Anfibios de Venezuela:
FUENTE
Sapo de caña: Plaga y tesoro medicinal:
Fuente
Muchas gracias por visitar mi blog.
Ali Riera
Todas las fotografías, fueron tomadas con un equipo celular Xiaomi Redmi 6, y son propiedad de @aliriera.