Mira por la ventana, un payaso cava un hoyo tras la valla del jardín en un bosque tenebroso. La cámara se mueve nerviosa, sale fuera siguiendo unos pasos hacia el payaso y de pronto se oye un grito. El payaso se detiene y gira lentamente la cabeza hacia la cámara y empieza a correr en su dirección. La imagen se tambalea y se interrumpe. Nadie sabe lo que pasa después.Lo que parece el guión de una película de terror es, en realidad, lo que muestran numerosos videos de aficionados estadounidenses, que desde hace varias semanas circulan por Twitter. En todos ellos se venpersonas disfrazadas de payasos que aparecen de forma inesperada en lugares inquietantes, en cementerios o calles solitarias. Aterrorizan a la gente en colegios y universidades y propagan el miedo en la población. Nadie sabe exactamente qué se esconde detrás, si un auténtico peligro, una broma pesada o algo diferente.Poco antes de Halloween, que se celebra el 31 de octubre, la sensación de inseguridad aumenta. Las chicas vuelven directamente del instituto a casa asustadas y seguramente este año no irán de casa en casa, ya que tienen demasiado miedo.Es difícil decir qué parte del fenómeno está preparado y qué parte es real. Algunos niños se inventan historias sobre payasos malvados en el camino al colegio, cuenta la policía. Y los oportunistas se aprovechan de la confusión."Puede que alguien piense que es divertido", dice el Washington Post citando a una agente de policía que advierte a los vecinos de la horripilante moda. La venta de disfraces de payaso aumentó un 300 por ciento, según la prensa.