Si te gritan los amigos
Recuerda que
el buen amigo
Te está esperando al final
Sus brazos están abiertos
Sus ojos te están mirando
Nunca rechaces llegar
Sadrac Mesac y Abednego
Ordenanzas recibierón
que se debían de inclinar
Su corazón valeroso los
exhortaba diciendo
A quien debían de adorar
Al agarrar las manceras
afiánzate bien en ellas
No se te valla a olvidar
El mismo Cristo lo dijo que si tomas
El arado nunca voltees para atrás