El pasillo estaba despejado, aguardó unos segundos antes de reanudar la marcha. Debía tener mucho cuidado porque en su situación actual era el blanco perfecto para una emboscada. Algo se movió a su izquierda y en un acto reflejo hizo un movimiento veloz descargando un rayo láser sobre el objeto sospechoso. Nada. No hubo puntaje de bonificación, ni gemidos de aliens agonizando, solamente un bip ahogado. Seguramente se trataba de otra alerta de actualización de software. No importaba el tiempo que le llavara recorrer la misma pantalla, buscando el objetivo o una vida extra. Debía estar perdido en alguno de los laberintos del domo. Si tan solo pudiera encontrar una puerta de salida. Estaba decidido a no abandonar esa partida. Volvió sobre sus pasos, continuó avanzando para encontrarse en otro pasillo, continuó avanzando. ¡Alien! Gatilló.
"Le repito, podemos remover el chip de la corteza cerebral con una simple cirugía, pero solamente él tiene acceso al menú del simulador para cerrar la sesión. La aplicación, entienda, fue descontinuada. Como le han explicado ya mis colegas, al aceptar los términos de un demo experimental... Si procedemos con la intervención el coma será definitivo, no podemos garantizar que no queden secuelas, aunque recupere la conciencia. Como verá, está en sus propias manos. Una cosa más, estará usted al tanto de que el seguro médico expirará mañana. Antes de irse, por favor, pase por la administración. ¿Usted es su esposa?"
Cristina reprimió un sollozo. Con un hilo de voz entrecortada, tragó saliva y respondió:
"Era su novia."
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