A riesgo de ser lapidado o enviado al foso como mi tocayo, puedo decir que las niñas de mi generación no estaban completas si en su cumpleaños no recibían una Barbie o alguno de los artilugios que la acompañaban, de allí que con los años tomara fuerza el chascarrillo de que la Barbie mas cara era “la divorciada” (por que venia con todos los bienes de Ken –Ja-) En los 80´s y 90´s cuando aun no irrumpía la tecnología como alternativa de entretenimiento cotidiano (más allá de algunos videojuegos), ni mucho menos tenia la capacidad de convocatoria y concentración de intereses que despertaba una sesión de “barbies” entre las niñas (Y por que no, en ocasiones de niños que asumían el rol de Ken para hacer efectivo su ingreso a ese circulo de confianza en el que estaba la que le generaba “maripositas”). Esta muñeca diabólica fue modelo del rol de la mujer propuesto por un sistema incapaz de enfrentarse a la realidad que se transformaba…
Afortunadamente fueron las niñas de esta estigmatizada generación las que identificaron estereotipos y comenzaron a arrancarle la cabeza a las esbeltas beldades sintéticas, estas niñas, las que con los años identificaron sus capacidades y con valor enfrentaron un entorno obtuso que en su mayoria sigue enterrado en el siglo XIX, son ellas las que han llegado a posicionarse como exitosas profesionales y mujeres multifuncionales.
Así como los juguetes, las rondas infantiles venían cargadas de elementos que denotaban mensajes ambiguos difíciles de asimilar para un niño inocente, veamos algunos ejemplos: “Juguemos en el bosque, mientras el lobo no está” ¿acaso no es una invitación a violar la propiedad privada o miedo a una figura poderosa que priva del ejercicio de derechos? Que tal “los pollitos dicen” ¿no se refiere a esa madre cabeza de familia que se parte el lomo? Y que me dicen de “Aserrín Aserrán” ¿no es una invitación a la tala de bosques y la vida bohemia? Hablemos de “Mambrú se fue a la guerra” ¿lo desaparecieron y le pusieron las botas al revés? Recuerdan a “Sammy el heladero” ¿no está retenido contra su voluntad y es victima de trata de especies en vía de extinción? Y ni hablar de la otra que ha inspirado a las feminazis radicales: “Arroz con leche” una apología a la mujer colombiana de los 40´s y 50´s que ni derecho al voto tenía, eso si la nueva versión viral puede señalar el camino para la transformación de patrones tan básicos como el machismo.
Entonces, mas allá de lo banal de los juguetes o las rondas infantiles de mi generación, si hay que celebrar iniciativas que asi sean fruto de una estrategia comercial, representan mensajes inclusivos como el reciente anuncio de Mattel y su “Barbie Shero”, que se aleja del tradicional estereotipo “Stacy Malibú” y está inspirada en la atleta Ibtijah Muhammad, quien en las pasadas olimpiadas de Brasil compitió con un hijab diseñado por Nike en una arriesgada propuesta que significó una afrenta a un occidente ensimismado… En el pasado las grandes marcas no veían la necesidad o el mercado para la promoción, hoy es una combinación oportuna de empoderamiento y merchandising pues más mujeres musulmanas están rompiendo esquemas.
