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Difícil camino buscando un mundo mejor, no, no es enriquecerse, muchas veces es poder dar de qué comer a sus hijos…
Destinados muchas veces al menosprecio de nativos, de egoísmo y racismo, de amalgamas injustas... ¡¡un dolor más a cuestas!!
Porque dejar su país, es dejar familia, amigos, raíces, perfumes, paisajes y entornos queridos!
Dejar lo suyo y llegar con una pequeña maleta a un mundo desconocido... Cuesta y mucho, adaptarse, y nunca, lo digo por experiencia propia, nunca se es completamente feliz, pues los momentos más bellos, quienes quedaron allá, no podrán verlos, ¡Ni ser felices contigo...!
Porque cuando la pena te inunda, deberás tragarte tus lágrimas solo, pues no querrás causarles tristeza, no tendrás ese abrazo fraterno, ese hombro donde enjugarás tu dolor... ¡Cuántas veces he anhelado esos brazos familiares!
Y cuando regresas ya no te dicen por tu nombre te llaman por el gentilicio de adonde te has ido… y duele... Y cuando estás donde te has radicado te llaman por tu gentilicio natal…
No eres de ninguna parte, y una gran parte tu corazón se ha quedado allá...
Muchos tipos de emigrantes vagan por el mundo, yo lo hice porque era mi sueño, lo hice por amor y sin embargo no ha sido todo color de rosa.
Y me identifico con ellos, pues están obligados a hacerlo ya sea por pobreza, guerras, desastres naturales, por problemas políticos o minorías étnicas, etc… Y un poco de empatía al menos pido para con ellos…