El miedo es un sufrimiento que produce la espera de un mal.
— Aristóteles
—¡Di mi nombre! ¡Dilo! — Demandó aquella voz. Aurora quedó petrificada.
—Sé que lo sabes… ¡Dilo ahora o iré por tu hermano!
El pánico atravesó el pecho de la joven. Sus ojos se convirtieron en dos enormes lunas. Su labio inferior temblaba y su boca estaba a punto de decir algo, pero se reprendió clavando los dientes sobre su lengua.
—Bien… tú lo quisiste—. Fue lo último que dijo la voz. La espesa lámina invisible que abrigaba a Aurora desapareció y el escalofrío fue reemplazado por un miedo abismal en sus entrañas.
—¡Edgar! —Gritó el nombre de su hermanito.
Las tinieblas se hacían más espesas devorando los atisbos de luz. Las nubes cubrían el cielo descendiendo hacia la ventana. El apartamento fue envuelto por un silencio inquebrantable. Los jadeos de horror desaparecían entre los errantes caminos de una mente desfigurada por la ansiedad.
Aurora se acercaba lentamente a la habitación de su pequeño hermano. Vislumbraba con pánico el rabillo de la puerta a medida que su mano temblorosa se acercaba. Entró abruptamente esperando lo peor, pero solo halló a Edgar durmiendo plácidamente.
Ella se sentó junto a él, al verlo tan calmado, su corazón desaceleraba, pero su calma fue interrumpida por un espasmo escalofriante. Un peso se asentó sobre la cama y comenzó ascender hacia el pequeño Edgar. El niño comenzó a gritar. Se apretaba el cuello como si algo lo asfixiara. Aurora intentó calmarlo, pero fue en vano. Sintió un aire húmedo acariciando su oído y su pánico se incrementó.
—¡Di mi nombre ahora o él morirá! —Susurró la voz. Aurora decidió romper el pacto con lágrimas en los ojos.
—¡Jerome! —Vociferó Aurora inmediatamente.
Una macabra risa dominó el aire jalándolo en remolinos. Aurora arropó a su hermano con su cuerpo, tapándole el rostro, mientras murmuraba oraciones sagradas. Las paredes eran rasgadas por uñas invisibles, hasta que, todo se detuvo.
Aurora abrió los ojos y su hermano ya no estaba. La ansiedad la sometía cuando un golpeteo en la ventana la hizo reaccionar; lo último que divisó fueron unos ojos carmesíes y el semblante de una sonrisa.
FIN
Fear is a suffering that produces the expectation of evil.
— Aristoteles
-Say my name! Say it! -demanded that voice. Aurora was petrified.
-I know you know... Say it now or I'll come for your brother!
Panic ran through the young woman's chest. Her eyes became two huge moons. Her lower lip trembled and her mouth was about to say something, but she reprimanded herself by digging her teeth over her tongue.
-Well... you wanted it. That was the last thing the voice said. The thick invisible sheet that sheltered Aurora disappeared and the shiver was replaced by an abysmal fear in her gut.
-Edgar! -She cried out her little brother's name.
The darkness grew thicker and thicker, devouring the glimpses of light. Clouds covered the sky descending towards the window. The apartment was enveloped by an unshakable silence. Gasps of horror disappeared into the wandering paths of a mind disfigured by anxiety.
Aurora slowly approached her little brother's room. She glimpsed the corner of the door in panic as her trembling hand approached. She abruptly entered expecting the worst, but found only Edgar sleeping peacefully.
She sat down next to him, seeing him so calm, her heart slowing, but her calm was interrupted by a chilling spasm. A weight settled on the bed and began to ascend toward little Edgar. The child began to scream. He clutched his neck as if something was choking him. Aurora tried to calm him but to no avail. She felt a damp air caressing her ear and her panic increased.
-Say my name now or he dies! -the voice whispered. Aurora decided to break the pact with tears in her eyes.
-Jerome! -Aurora immediately shouted.
A macabre laughter dominated the air pulling it in swirls. Aurora wrapped her body around her brother, covering his face, while muttering holy prayers. The walls were torn by invisible nails, until, everything stopped.
Aurora opened her eyes and her brother was gone. Anxiety subdued her when a tapping on the window made her react; the last thing she saw were crimson eyes and the face of a smile.
THE END
Esta es mi participación al Suspiria, concurso de literatura y arte de terror, horror y ficción sobrenatural. 3ra edición (Literatura). El tema de esta semana es: Presencias.
This is my entry to the Suspiria, horror, horror, and supernatural fiction literature and art contest. 3st edition (Literature). This week's theme is: Presences
