Exorcismo, café y virage | Suspiria, concurso de literatura y arte de terror, horror y ficción sobrenatural. 1ra edición (Literatura): Poseídos.

La primera vez que asistí al exorcismo de un endemoniado, me impresionó la fuerza con que luchaba y rompía las ataduras.
Solo cuando el cura empapó las correas que lo sujetaban con agua bendita y aceite de unción, se detuvo. Por minutos parecía muerto, mientras el cura recitaba sin parar una letanía de oraciones y cuando se detenía para tomar aliento, continuaba su ayudante. Otro cura más joven, pero de gran estatura y fuerza, quien lo contuvo hasta estar bien atado y sujeto con correas.

El sujeto, apenas un niño de 12 a 14 años y apariencia débil, por lo delgado y pálido; se arqueó de repente sobre la mesa a la que estaba sujeto por los tobillos, muñecas y pecho. Una postura imposible, salvo para un contorsionista, y así colocado, amenazaba a los curas con violarlos a su menor descuido.

Los rezos se prolongaron, pasando del castellano al latín, uniéndose el poseso al coro, incluso anticipándose en las palabras a los dos curas, que intentaban acelerar el rezo.

Cuando agotados se callaron, acaso no tenían más repertorio, el espíritu comenzó a reír y llamando a cura por su nombre de pila, le preguntó qué desde cuando no dormía con su hermana. El otro no pudo dejar de mostrar su sorpresa y al momento recibió su ración diabólica.

Cambiada la voz del poseído, le dijo dirigiéndose al cura más joven: "Tú no te escandalices. ¿Quieres que cuente lo que le hacías a Tomás?", quien mudo de rabia, abofeteo al poseído, por lo que el mayor lo contuvo y recriminó. "Descansemos y no dejemos que nos atrape en su trampa. Nuestras debilidades humanas no le quitan poder a los hábitos y sacramentos que representan la majestad del todopoderoso, ánimo."

Tomaron café y galletas en un breve descanso en otra habitación, para volver a los rezos y rociadas de agua bendita. Clareaba el día y los curas en un extraño trance cambiaron los rezos y latinazos por décimas y retos que el diablo reía a carcajada y se burlaba con comentarios soeces. Hasta que de repente, en una descalabrada rima, el viejo cura invocara a un tal Florentino.


Fuente

Confío en que resulte de su agrado mi participación en este concurso y por si se animan a participar, les dejo el enlace a la convocatoria.

@suspiria/suspiria-concurso-de-literatura-y-bc2b2803c085f

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