Fin del sueño. Suspiria, concurso de terror. 3ra edición (Literatura): Presencias

Fin del sueño

Estoy acurrucada, mejor si digo que en posición fetal, mi corazón late acelerado y con fuerza, cabalga en mis oídos; podría llorar, pero estoy cansada, ya no grito cuando me llega esta despiadada presencia, solo la resisto. Sigo viva.

Mi cerebro es una caja de resonancia donde desfilan mis miedos, no deseo una manifestación más, pero mis propios terrores no me ayudan a vencerla. Es la muerte.

Un flash repentino me avisa que mi momento llegó; grito, mis vecinos sospecharán que algo extraño pasa, por estos alaridos que cortan el silencio y paralizan las crías de ranas y grillos del lugar. Entonces me cercioro que fue solo terror nocturno, recibo de nuevo las caricias cansadas de sueño, sobre mi cabeza. —«Duerme»—, escucho, pero mis ojos están estáticos, mirando la nada, esperando que el corazón se aquiete. No me acostumbro.

Los días son hermosos, soleados y llenos de vida, el sueño por el trasnocho me abruma, cierro los ojos, podría hacer una siesta, entonces: una hoja de colores, un niño que atraviesa una caverna, un hombre calvo y desnudo, que intenta sentarse a mi lado; una mujer de cabellera larga, un amuleto, un hombre bien vestido acostado en el suelo, una sensación, un hueco, una opresión, una caída abrupta, un ruido, algo me despertará pregonando el terror.

¿Y si el poder de la escritura me ayudara? ¿Si una especie de creación siniestra fuese el modo de deshacerme de todo esto? Entonces me aferro a la descripción morbosa que vuelve a agitar mi pecho y me oprime con angustia.

Fue hace unos meses, dormía plácidamente una noche, cuando me despertó una figura humana forrada de barro, u otra cosa, muchos jirones de tela anaranjada y roja, hacía un baile o quizá solo saltaba, fue una presencia repentina, podría asegurar que estaba envuelta en llamas anaranjadas, se abalanzó sobre mí, traspasó mi yo con su anuncio definitivo, pero yo, seguí viva.

Qué terror me da escribir sobre esto. Mis dedos se engarrotan sosteniendo el teléfono. Mis párpados insisten en ver la blanca pantalla. Tengo tanto sueño, me recuesto es posición fetal: sigo viva.

Mi contenido es original
Imagen de Pixabay con su respectiva fuente.

@charjaim

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