Generalidades sobre las populares arañas lobo de la familia Lycosidae

Bienvenidos a este espacio dedicado al estudio y a la difusión de contenido referente al mundo de los artrópodos. En esta ocasión se darán a conocer puntos de interés sobre una familia de arácnidos pertenecientes al orden Araneae, específicamente sobre las conocidas arañas lobo de la familia Lycosidae, por lo que te invito a darle seguimiento al siguiente artículo.


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Las arañas componen el brazo grueso de filo Arachnida, estos invertebrados han logrado colonizar diversos rincones del planeta y han demostrado tener una indudable adaptabilidad para integrarse de manera activa en los sistemas naturales sin importar si son áreas húmedas, muy cálidas o medianamente frías. El rol ecológico de este tipo de artrópodos ha sido esencial para mantener un control significativo sobre las poblaciones de diferentes miembros del reino animal, ya que son organismos muy generalistas en lo que respecta a su alimentación, pudiendo alimentarse de prácticamente cualquier tipo de pequeños vertebrados e invertebrados, los cuales pueden tener una elevada tasa de reproducción que les facilita el hecho de convertirse en plagas, partiendo de este punto la importancia ecológica de las arañas como organismos depredadores y controladores.

En este sentido, un mundo sin arañas supondría un desequilibrio total y se acentuaría la proliferación de diversas enfermedades provocadas por insectos u otros seres vivos que tienen la facilidad para propagar microorganismos patógenos tanto para otros animales como para las plantas, lo que conllevaría a una extinción lenta y progresiva de gran parte de la fauna y flora presente en los ecosistemas. De igual manera, las arañas tras el paso de millones de años han evolucionado de diferentes maneras, factor que se ha fortalecido según las condiciones ambientales y por lo que la naturaleza les ha ofrecido en el momento, de manera que, a nivel de comportamiento o morfología los cambios de un ejemplar a otro pueden ser muy marcados más allá de lo que puedan tener en común las diferentes especies existentes. Gracias a esto, se podría decir que la diversidad que presenta la araneofauna de planeta es extremadamente amplia y el número que se refleja en los escritos suministrados por los más experimentados, es decir, más de 46.000 especies, tan solo es un aproximado referencial de la cantidad de especies descritas hasta la actualidad.

Por otro lado, muchos de estos arácnidos pueden mostrar una morfología y conducta realmente fascinante, mientras que otras pueden verse muy primitivas cuando se hacen ciertas comparativas entre especies extintas y activas; existiendo de esta manera arañas capaces de elaborar excelentes redes con un fino hilo de seda para la captura de presas, otras con la capacidad de camuflarse entre su entorno o, sencillamente, pueden estar dotadas de herramientas biológicas que les permitan alcanzar grandes velocidades para realizar eficientes emboscadas a sus víctimas.


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Estos arácnidos pueden apreciarse en diferentes lugares y a cualquier hora del día; sin embargo, una gran parte de las arañas no tejedoras presentan mayor actividad en horas nocturnas, momento en el que muchos organismos de hábitos diurnos se encuentran inactivos y esto los hace más vulnerables, por lo que cualquier cazadora de 8 patas puede encontrar presas de una manera más sencilla. A su vez, las tonalidades que presentan muchas arañas que se movilizan ante la ausencia de luz les permite pasar inadvertidas, añadiendo a esto el factor velocidad o la capacidad de dar largos y precisos saltos, hace que estos artrópodos formen parte de los mejores cazadores nocturnos cuando se les presente el momento oportuno. Las llamadas arañas lobo pueden incluirse fácilmente en este grupo, ya que sus ejemplares generalmente son más frecuentes de visualizar en la noche, estando en las horas de luz escondidos en diferentes lugares como bajo piedras, materia orgánica, en agujeros o en pequeñas madrigueras que cavan en el suelo.


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Este tipo de arañas se ubica dentro de la familia Lycosidae, misma que posee un estimado de 10 subfamilias y más de 100 especímenes. Esta familia tiene una distribución muy pronunciada, teniendo ejemplares en todos los continentes exceptuando las áreas con temperaturas extremadamente bajas; a su vez, están incluidas dentro de las arañas más eficaces en lo que respecta a la depredación o control de otras especies de animales. Este último punto se genera por el hecho de que son muy frecuentes dentro de los cultivos o zonas urbanas, motivo por el que han sido ampliamente estudiadas con el propósito de darles una posible y valiosa labor como agentes de control biológico en los agroecosistemas; sin embargo, a pesar de lo mucho que se sabe de estos ejemplares, estas investigaciones para incluirlas en programas de manejo de plagas aún no se ha puesto en marcha del todo, ya que son muchos los factores a tener en cuenta, empezando por el hecho del tipo de plaga que se quiera controlar y el posible impacto que generen sobre la araña los productos agroquímicos que se empleen en el cultivo.


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En un inicio se mencionó que las arañas son depredadores muy generalistas, esto quiere decir que no tienen una presa definida y por tanto, pueden depredar a cualquier organismo de un tamaño no muy superior al de la araña en su defecto. Debido a esto, la inclusión de arañas lobo dentro de los agroecosistemas puede ser muy ventajoso, pero a su vez puede tener también un impacto notable cuando estas empiecen a depredar a insectos de carácter beneficioso para las plantas, es por ello que de emplearse esta araña como agente de control biológico, debe realizarse con un buen método que involucre diferentes estrategias para poder actuar ante las posibles contras que se generen en el área, todo con la finalidad de inclinar la balanza hacia el lado que sea positivo tanto para las arañas como para los productores.

Por otro lado, estas arañas se han adaptado de buena manera a los espacios urbanos, motivo por el que en muchas ocasiones llegan a encontrarse dentro de las viviendas del hombre, causando esto un posible temor por el considerable tamaño que alcanzan algunos de sus ejemplares; no obstante, este tipo de arácnidos no se encuentran en la lista de arañas de importancia médica, pues, pese a que poseen glándulas de veneno, este no es peligroso para el humano. Aún así, si el ejemplar se encuentra asustado o es molestado, este puede propinar una dolorosa mordedura para defenderse, generando una hinchazón local que en algunos casos puede necesitar cuidados médicos menores.


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Esta familia de arácnidos es muy diversa, albergando ejemplares que suelen ser más comunes que otros, tales como los especímenes de los géneros Hogna, Pardosa o Lycosa por mencionar algunos, aunque este último punto depende mucho de la ubicación geográfica, ya que esta determina cuales son las especies más comunes en los países o continentes de nuestro planeta, siendo esto vital a la hora de identificar especies. Asimismo, los colores o los patrones que presenten pueden ser muy semejantes entre las especies de esta familia, esto conduce a que si no se manejan bien las claves de identificación se generen datos erróneos en la investigación que se maneje; también se debe añadir el factor de que hay otras familias del orden Araneae que poseen ciertas arañas que, a nivel morfológico, comparten muchas similitudes con las Lycosidae, esto puede nortarse con algunas especies del género Zorocrates y otras de la familia Agelenidae.


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Tomando como referencia a esta hembra de la ya mencionada familia Lycosidae, tenemos que poseen un prosoma algo grueso y con bordes redondeados y un opistosoma (abdomen) con forma globosa, este último segmento puede aumentar mucho más de tamaño si la araña está bien alimentada o si se encuentra grávida (embarazada). A su vez, mediante lo apreciable en esta modelo referencial, posee una coloración predominante parda con áreas marrones, grises y negras, estos colores solo predominan en la región dorsal, mientras que en la ventral su coloración es únicamente parda; de igual manera, posee un cuerpo con una robusta y pronunciada pubescencia en toda la extensión del mismo, además sus patas son muy gruesas y el 4 par es el más largo.

El tamaño del ejemplar de las fotos es de unos 4 centímetros incluyendo sus patas; por todos los datos morfológicos nombrados hasta el momento, es muy habitual que en algunos lugares como en Europa se les llame tarántulas, pero el término "tarántula" suele ser más empleado para referirse a arañas del suborden Mygalomorphae, las cuales suelen ser de gran tamaño y más robustas que las del suborden Araneomorphae a la cual pertenecen las arañas lobo; sin embargo, en Araneomorphae también hay otros ejemplares muy grandes como los del género Phoneutria o algunos de Heteropoda por citar ejemplos. Ambos subordenes poseen muchas diferencias entre si, esto haciendo una referencia general a las especies que componen estos taxones, pero al ser un término vulgar "tarántula", este no supone problema alguno si se le quiere llamar así a las Lycosidae de gran tamaño.


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Si se observa a este ejemplar detenidamente, podemos notar que su cuerpo no está bien, pues, tiene 6 patas en lugar de las 8 y le falta el pedipalpo derecho. El par de extremidades faltante es el primero, de esta manera se intuye que en algún momento de su vida tuvo un refriega que la dejó incompleta; la vida en la naturaleza no es sencilla, es por ello que muchas arañas tienen la capacidad de practicar la autotomía si se encuentran en serios problemas, esto consiste en desprenderse de ciertas patas para poder liberarse de algún depredador o de cierta presa que haya logrado sujetar a alguna de sus patas, si la araña aún se encuentra en desarrollo, entonces podrá realizar una muda de cutícula y con ella recuperará todas las extremidades que haya perdido anteriormente. Sin embargo, lo que sucedió con esta araña no tiene manera de comprobarse, ya que así como pudo haber puesto en marcha la autotomía para salvarse, también está el hecho de que pudieron ser arrancadas por algún agresor.


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Por otro lado, estas arañas no son tejedoras y suelen cazar de 2 maneras, la primera y más común es la de movilizarse para buscar víctimas, para ello emplean el gran número de tricobótrias (pelos finos) que tienen en sus cuerpos, principalmente los de las patas. Esta pubescencia es muy sensible y capta cualquier tipo de vibraciones que ocurran en sus alrededores, de esta manera pueden localizar a sus presas y acecharlas hasta lograr atacarlas, también poseen 8 ojos situados de manera estratégica sobre su prosoma, siendo 2 de estos mucho más grandes que el resto, por lo que obtiene una visión periférica muy superior al de otras arañas. Otra manera de capturar presas es a través de emboscadas desde sus refugios, para esto algunas especies pueden cavar galerías bajo tierra , dentro de estas solo deben esperar a que alguna presa pase cerca y al hacerlo, estas arañas salen a gran velocidad y arrastran a la presa al fondo del agujero. Las velocidades que alcanzan son realmente sorprendentes, incluso dípteros como las moscas quedan sin oportunidad frente a estas arañas lobo.


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Los machos son más pequeños que las hembras, al momento en el que el macho se encuentra con la hembra, este debe realizar ciertos movimientos con sus pedipalpos y el primer par de patas para calmar a la hembra, ya que estas pueden tener una respuesta agresiva ante la presencia del macho. Una vez que la hembra lo acepta, entonces el macho procederá a introducir el saco espermático en la hembra empleando sus pedipalpos; a su vez, al momento de la puesta de los huevos la hembra suele tejer un ovisaco con su telaraña y dentro de él estarán los huevos. Ya una vez que las crías eclosionen estas se subirán sobre el opistosoma de la madre y permanecerán allí hasta que puedan valerse por si mismas, mostrando esto que las arañas lobo realizan cuidado parental de sus futuras generaciones.

Una de las diferencias notables entre las arañas tejedoras y las cazadoras radica en que estas últimas poseen un cuerpo más robusto y con mayor pubescencia, siendo clave la alta presencia de pelos y tricobótrias para que las cazadoras puedan captar con mayor eficiencia a las presas o el peligro de sus alrededores, mientras que las tejedoras suelen emplear las telarañas como principal receptor o lector de las vibraciones, mismas que a su vez terminan siendo captadas por los pelos que poseen en sus largas patas.


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Esta publicación tuvo como propósito destacar aspectos generales y relevantes sobre la popular familia Lycosidae, un grupo de arañas que tiene mucha importancia dentro y fuera de los espacios naturales, ya que su actividad como biocontrolador destaca sobre otros organismos depredadores, teniendo en cuenta que sus poblaciones son elevadas en muchas regiones y que todo esto ha promovido que sean ampliamente estudiadas para posibles utilidades de control de plagas dentro de agroecosistemas. No representan peligro para nuestra especie, por lo que es necesario la difusión de artículos que fomenten el cuidado y la preservación de los componentes bióticos que forman parte de los ecosistemas terrestres.


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Todas las fotos compartidas en esta publicación pertenecen al autor @abneagro. Las fotos fueron realizadas por medio de un dispositivo móvil Redmi 8A y fueron editadas con la aplicación Canva.


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Referencias e información importante:

Jocqué, Rudy & Alderweireldt, Mark. (2005). Lycosidae: The grassland spiders. Acta Zoologica Bulgarica. 1.

Familia Lycosidae

Orden Araneae

Arañas lobo (Lycosa tarántula)


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