A un lado de la roca grande
donde me quedé esperando que volvieras
cayeron las lágrimas esa noche buena.
El frío tocaba los huesos
y el silencio permitía oír los tambores a lo lejos
de la procesión del año viejo.
Sacudí mis canas
apagué las velas
me tomé el vino tinto
con que brindaría contigo
y me quedé dormido junto a una palmera.
Fotografía y poesía