El desierto de Terklán es uno de los más secos y áridos del mundo. Está encajado entre grandes cadenas montañosas de cumbres altísimas, en mitad del continente. Por eso se alcanzan temperaturas muy elevadas durante el día, pero también es extremadamente frío por la noche. Y se encuentra en el único paso, en miles de leguas, que lleva hacia el país de Jade, así que una de las rutas más importantes del Gran Camino de la Krégora lo atraviesa forzosamente.
En el corazón de las arenas de Terklán se encuentra Lashaa, la ciudad perdida, luchando constantemente contra el avance de las dunas. Posee el único pozo conocido y allí se establecieron las fondas y casas de postas. Las caravanas deben hacerse con un buen guía de la zona si quieren encontrarla. Adentrarse en el desierto de cualquier otra manera es casi un suicidio.