Hola a todos, hoy me gustaría hablar con respecto a algo que muy probablemente todos saben, si, pero el detalle es que no siempre hablamos de ello abiertamente, creo que en parte es porque no nos gusta asumir que a pesar de nuestros esfuerzos por encauzar nuestra vida a una meta determinada, la realidad nos dice que no siempre se van a cumplir, al menos no como teníamos pensado.

Hablemos de incertidumbre, es algo con lo que tenemos que vivir, no hay manera de saber con exactitud lo que nos va a ocurrir, ni tampoco de donde estaremos, lo puedo decir por experiencia.. Hace años tenía unas metas muy particulares y específicas, pero por diversos motivos la vida cambio, y yo con ella.

No puedo decir que para mejor o peor, sólo cambió. Desde antes de estudiar en la universidad tenía cosas muy claras, y las daba por hecho, al menos en mi mente, y en algún momento todo estaba muy encaminado al cumplimiento de esas metas previstas desde la adolescencia, sin embargo, todo, por el contexto socio económico me obligó a tomar decisiones drásticas y buscar opciones muy distintas a las previamente concebidas.

La incertidumbre de nuestro destino nos podría llenar de ansiedad si no sabemos canalizarla, por eso siempre pienso que aunque todo está sujeto a cambios hay que tener un propósito, una meta que sea lo que nos mueva en una dirección específica, eso que nos haga levantar cada mañana a trabajar por ello.

No digo que las metas deban ser única y exclusivamente orientadas a la consecución de riquezas, porque aprender a tocar algún instrumento puede ser una meta, perder peso puede ser otra, aprender un nuevo idioma o una habilidad determinada, otra, así que no creo que haya excusas como para no saber que hacer, siempre debemos preguntarnos a nosotros mismos que es eso que queremos, encontraremos respuestas y estas nos servirán para guiarnos, para tener ese enfoque tan necesario en nuestras vidas.

Por lo tanto, sencillamente creo que siempre estaremos en total incertidumbre, y aunque tengamos planes y propósitos muy firmes, estarán sujetos a cambios motivados por distintas razones, muchas ajenas a nosotros, esas que no podemos controlar, pero que de igual manera nos hacen pensar y repensar nuestras metas en busca de mejores decisiones.

Pero de igual manera debemos seguir, sin detenernos, a menos que sea para tener una mejor visión de hacia donde nos dirigiremos.