Muchísimos años sin entrar en ese magnifico edificio alguna vez llamado Palacio de correos y telecomunicaciones de la Ciudad de Buenos Aires, o simplemente correo central. Una obra descomunal que se comenzó a construir a fines del siglo XIX con un diseño del arquitecto francés Norbert Auguste Mallart, representante del academicismo francés que desarrolló varios proyectos de ambos lados del Río de la Plata, cuando el país era próspero, el dinero fluía y las personas venían de Europa a hacer “la América”, como se decía por aquel entonces.
Recuerdo hace muchos años cuando con un amigo se nos ocurrió la idea de construir un sitio web para la comercialización de artículos de pesca con mosca, era un tiempo donde la internet y los servicios electrónicos daban sus primeros pasos, poco tiempo antes había iniciado Mercado Libre. Me causa gracia ahora imaginar que, si en lugar de dedicarnos a construir un sitio para un mercado vertical sumamente reducido en mi país hubiera tenido la idea y la ambición de hacer algo bastante más abarcativo, quizás hoy en día tendría un negocio un poco más grande, no quizás como el de esa empresa que acabo de mencionar que en estos momentos es la más grande del país sino que además ha expandido sus operaciones a toda Latinoamérica y creo que no se quedará solamente en eso.
Eran años tan difíciles como los que estamos transcurriendo ahora, las malas políticas económicas provocaban una enorme escasez de reservas que pegaba directamente en las importaciones y por supuesto artículos que no eran de primera necesidad como las cañas, reeles, líneas, materiales de atado y anzuelos casi no se conseguían o tenían un costo tan elevado que eran impagables para la mayoría de los pescadores con mosca del país, por esa causa decidimos hablar con algunos fabricantes nacionales y vender desde nuestro sitio.
Varios clientes eran del interior del país y para hacer los envíos concurríamos dos o tres veces a la semana al correo para enviar los paquetes, la oficina que nos quedaba más cerca por la ubicación de nuestras oficinas eran precisamente las del correo central.
Ayer domingo, gracias al buen tiempo y clima templado concurrimos a ese lugar reconvertido ahora en un centro cultural que alberga diversas disciplinas. Nosotros íbamos con el objetivo de acompañar a mi hijo, su esposa y nuestro único nieto de 8 meses de edad. Lo llevaban al 3er piso, totalmente ambientado para los niños con salas especialmente ambientadas para cada etapa del desarrollo.
El impacto inicial fue sorprendente, lo recordaba con sus mostradores y ventanillas para atención totalmente confeccionados en madera, al igual que los escritorios circulares donde las personas ensobraban sus cartas o armaban sus paquetes, tenían tinteros y lapiceras pluma, también los correspondientes secantes con la base convexa de madera. Recuerdos las grandes lámparas colgadas de sus altísimos techos, una nave central de extraordinarias proporciones, muy parecida a la que se puede observar en el edificio de la casa matriz del Banco de la Nación y aunque su arquitectura representa otra época y otra escuela, conserva esa zona característica de muchos de los grandes y antiguos edificios ideados para el uso comercial donde circulan gran cantidad de personas.
Si bien la renovación ha sido radical, conservaron en su entrada algunas de esas características únicas que comenté. Una vez adentro, todo es diferente, materiales actuales, luces espectaculares, ascensores rápidos y silenciosos y salas dotadas de elementos modernos y de confort.
No pude menos que sentir cierta nostalgia por lo que fue y ya no es, pero mi nieto se divirtió muchísimo con los juegos dispuestos y por un rato me dediqué a tomar fotografías de todo, lo poco que quedó de su historia antigua y lo mucho que tiene para ofrecer hoy a todos los argentinos y visitantes del exterior.
Many years without entering that magnificent building once called the Palace of Post and Telecommunications of the City of Buenos Aires, or simply the central post office. A huge work that began be built at the end of the 19th century with a design by the French architect Norbert Auguste Mallart, a representative of French academicism who developed several projects on both sides of the Río de la Plata, when the country was prosperous, money flowed and people came from Europe to do “la América”, as it was said at that time.
I remember many years ago when with a friend we came up with the idea of building a website for the commercialization of fly fishing articles, it was a time when the internet and electronic services were taking their first steps, a short time before Mercado Libre had started. It amuses me now to imagine that, instead of dedicating ourselves to building a site for a very small vertical market in my country, I had the idea and the ambition to do something much more comprehensive, perhaps today I would have a slightly larger business. , not perhaps like that of that company that I just mentioned, which is currently the largest in the country, but has also expanded its operations throughout Latin America and I think it will not stop at just that.
Those were years as difficult as the ones we are going through now, bad economic policies caused an enormous shortage of reserves that hit directly on imports and of course items that were not essential such as rods, reels, lines, tying materials, and hooks. They were hardly available or so expensive that they were unaffordable for most fly fishermen in the country, so we decided to talk to some national manufacturers and sell from our site.
Several clients were from the interior of the country and to make the shipments we went two or three times a week to the post office to send the packages, the office that was closest to us due to the location of our offices was precisely those of the central post office.
Yesterday, Sunday, thanks to the good weather and mild climate, we went to that place, now converted into a cultural center that houses various disciplines. We were going with the objective of accompanying my son, his wife, and our only 8-month-old grandson. They took him to the 3rd floor, fully set up for children with rooms especially set for each stage of development.
The initial impact was surprising, I remembered it with its counters and service windows made entirely of wood, as well as the round desks where people put their letters in envelopes or assembled their packages, they had inkwells and fountain pens, also the corresponding blotters with the base wooden convex. I remember the large lamps hanging from its very high ceilings, a central nave of extraordinary proportions, very similar to the one that can be seen in the headquarters building of the Banco de la Nación and although its architecture represents another era and another school, it retains that Characteristic area of many of the large and old buildings designed for commercial use where large numbers of people circulate.
Although modernization has been radical, they kept some of those unique characteristics that I mentioned in their entrance. Once inside, everything is different: modern materials, spectacular lights, fast and silent elevators, and rooms equipped with modern elements and comfort.
I couldn't help but feel a certain nostalgia for what was and is no longer, but my grandson had a lot of fun with the games arranged and for a while, I dedicated myself to taking pictures of everything, the little that remained of its ancient history and how much has to offer today to all Argentines and foreign visitors.
Las fotografías son de mi propiedad excepto las que menciono la fuente.
The photographs are my property except those mentioned by the source.
Héctor Gugliermo
@hosgug