Un golpe en mi ventana me despertó. Me senté y mire a la ventana, vi que la flor ya estaba en mi ventana, me levante sin importar el frío que desprendía el suelo. Abrí mi ventana, la agarré y ésta vez era una rosa de color azul. La llevé a mi nariz y sentí su perfume llenar mi nariz. Miré por la ventana pero no vi a nadie, me sentí decepcionada nuevamente al no ver a mi admirador.
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Esta era la flor número 300. Se portan reír pero es así, cada mañana desde hace casi un año, todas las mañanas me dejan una rosa en la ventana de mi habitación. Varían de color pero siempre es una rosa, un tulipán o un clavel. A veces había pequeñas notas. Esta vez no dejó ninguna. Miré a mi jarrón y allí estaban las últimas rosas, las otras estaban en una caja bajo mi cama. Me senté en mi cama y volví a preguntarme: ¿Quién será el que me deja las flores?
No sospechaba de nadie. Mi madre se reía cuando le mostraba la flor cada mañana, como sí ella supiera algo que yo no y cuando preguntaba, se negaba a decir y decía: ya se aparecerá en el momento adecuado.
¿Quién te deja una rosa cada mañana en tu ventana? Es romántico y no había nadie conocido que fuera romántico…
Después de una carrera al baño y lanzar ropa por toda mi habitación, encontré lo que buscaba. Suspiré feliz y lo tomé. Estaba de vacaciones pero iba a natación cada mañana, me coloqué mis shorts de jeans y mi franela roja favorita. El traje de baño ya estaba en mi bolso con lo necesario.
Cuando entré en la cocina, mi mamá me sonrió. —Siéntate. El desayuno está listo.
—Voy a vomitar la comida, solo tomaré un vaso de jugo de naranja y una tostada —rodé los ojos.
—Deberías peinarte o todos correrán lejos de ti cuando te vean —se burló mi madre.
—Muy graciosa —dije con sarcasmo.
Mastiqué la tostada mientras veía a mi madre prepararse para su trabajo. Al terminar ella, besó mi mejilla. —No vemos más tarde, gruñona —me dijo con ternura.
—Sí, sí. Anda. Se te hará tarde —murmuré. Sonrió con burla como si esperaba eso.
Ella pareció recordar algo. — ¿Llegó? —asentí.
—Es una rosa azul —me encogí de hombros—. No dejó más nada.
Seguro escuchó la decepción en mi voz, porque dijo—: Estoy segura que pronto lo hará —caminó hasta la puerta principal de la casa—. Recuerda llamar a tu padre.
—Más tarde —dije con fastidio.
Mis padres tienen 2 años divorciados, él está saliendo con mi profesora de matemáticas, me pide que lo llame a diario. Ni loca, si quiere verme, que venga él.
Agarró mi bolso y salgo de la casa, cierro con seguro antes de comenzar a dirigirme a la piscina olímpica. Mis vecinos me saludan con la mano y se los devuelvo. Apenas llego a la piscina, mi entrenadora anda de mal humor y me manda a cambiarme. Supongo que no soy la única gruñona hoy. Recojo mi cabello en el gorro y me pongo el traje de baño de una pieza color azul marino. Sigo diciendo que no hay nada peor que el traje de baño de una nadadora.
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Podría pasar por un chico, ya que no soy muy curvilínea.
Salgo y veo a mis amigas en la piscina. Doy un paso y tropiezo con Carlos. Él me sonríe y yo me quedo sin palabras.
—Hola Leila —me saludó. Él es el primo de mi mejor amigo y no se parece en nada a mi mejor amigo. Gracias Dios por eso, pensé agradecida.
—Hola Carlos, pensé que no vendrías hoy —comenté, ya que lo escuché decir que no podría venir hoy.
—Lo resolví con rapidez —fruncí el ceño y asentí. Me giré y dirigí hacia donde están calentando los demás, lo pude sentir siguiéndome—. Leila ¿Al terminar la práctica, podemos ir a comer un helado?
Lo miré con la ceja enarcada. —Claro —acepté y le sonreí.
Lo vi suspirar, me alejé y comencé con el calentamiento. Más tarde, voy caminando al lado de Carlos, él atrae miradas como arroz picado, cuando entro en la heladería, se giró y dijo sonriéndome—: Pide, que yo invito.
Le sonreí de vuelta, nadie rechaza un helado, menos yo. Sentí como que el cielo se abría y sonaba “Aleluya”.
Elegí mis dos sabores favoritos, menta y fresa. Cuando él tiene el suyo, nos sentamos y comemos los helados. Conozco a Carlos desde hace un par de años, es un chico lindo, inteligente, caballeroso y un nadador excelente.
— ¿Cómo está tu madre? —preguntó Carlos.
—Bien. Ella estará feliz de que pases un día de estos —dije encogiéndome de hombros y lo miré tímidamente.
Mi madre adora a mi mejor amigo, Roberto y a Carlos, ellos viven a un par de calles de la nuestra.
—Lo haré —me guiñó un ojo y se inclinó un poco hacia mí, sentí mi corazón acelerarse—. ¿Crees que haría brownies si se lo pido?
Rodé los ojos, mientras intentaba no sonreír. —No lo dudo.
Me miró detenidamente. ––Tienes una hermosa sonrisa —comentó, su mirada era intensa.
—Uh, gracias, Carlos —me levanté, nerviosa—. Me tengo que ir.
Sentí mi rostro arder, seguro parecía un tomate.
—Te acompaño —se ofreció, le di una pequeña sonrisa.
—Está bien, gracias —susurré, mordiéndome el labio.
Caminamos con un silencio incómodo, la tensión se podía cortar con un cuchillo cuando llegamos a mi casa. Él solo sonrió.
—Nos vemos, hermosa —su mirada era distinta, parecía querer decirme algo.
Me sorprenden sus palabras. —Claro, Carlos —jugueteé con mi cabello.
Entré y me dirigí a mi habitación. Me senté y admiré las rosas. Un golpe en mi ventana hace mi corazón acelerarse, cuando me acerqué y la abrí. No vi nada. Hasta que una rosa aparece a la altura de mi rostro y después el sonriente rostro de Carlos.
Entonces me di cuenta: él es el chico de las rosas.
—Tu… tu —tartamudeé—. Eres tú —bajé mi rostro a su altura—. ¿Por qué?
Vi timidez llenar su rostro. —Cada rosa desde que me gusta verte sonreír, reír… cada rosa desde que me gustas —me explicó.
Me sonrojé completamente. — ¿Por qué yo? —quise saber.
Carlos podría tener a cualquier chica, es muy guapo, alto, con cabello negro liso, ojos avellanas, cuerpo de nadador, mandíbula varonil, nariz perfilada y sonrisa Colgate.
— ¿No te das cuenta de lo hermosa, inteligente y talentosa que eres? —negué con la cabeza.
Que puedo decir, mi común cabello castaño, ojos marrones, soy alta y delgada, apenas tengo curvas. Soy una nerd en mi colegio y amo nadar.
—No veo lo que tú ves —murmuré confundida.
—Eres única, Leila —su mano tocó mi mejilla, con una delicadeza y ternura que llenaron mis ojos de lágrimas.
—Soy común, Carlos —replico con tristeza—. Una chica normal y ordinaria.
Él se agarró de mi ventana y entró a mi habitación. —Eso es lo último que eres, Leila.
Veo algo brillando en sus ojos. —Yo… tú puedes tener a cualquier chica —le digo con dolor.
Negó. ––Quiero a la chica de la que me enamoré, ala que es hermosa aun cuando está de mal humor y bufa ante todo —Me miró a los ojos y me quedé sin aliento—. Te quiero a ti, Leila Martínez.
—No entiendo, nunca has demostrado que te gustaba —me mordí el labio.
—No sabía cómo actuar sin hacerte correr, quería primero ser tu amigo y conquistarte detrás de telón antes de aparecer —su mano acarició mi rostro—. Si no te gusto, está bien pero al menos pude decírtelo.
—Me gustas, solo que no pensé que te gustaría, pensé que nunca te fijarías más en una chica común y corriente como yo —desvié mi mirada.
Sus manos acarician mis mejillas. —En ti no hay nada común. Nada —cerré mis ojos y sentí sus labios acariciando los míos. Son suaves, cálidos, dulces y los amo—. Llevo mucho tiempo soñando con besarte.
Y me di cuenta que de sorpresas está llena la vida y a veces vale la pena la espera.
PD: Espero les guste esta pequeña historia ficticia, espero sus comentarios y votos. Gracias de antemano😁
A knock on my window woke me up. I sat up and looked at the window, I saw that the flower was already in my window, I got up no matter how cold the ground was. I opened my window, grabbed it and this time it was a blue rose. I brought it to my nose and felt its perfume fill my nose. I looked out the window but saw no one, I was disappointed again not to see my admirer.
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This was the 300th flower. They laugh but that's the way it is, every morning for almost a year now, every morning a rose is left in my bedroom window. They vary in color but it is always a rose, a tulip or a carnation. Sometimes there were little notes. This time she didn't leave any. I looked at my vase and there were the last roses, the others were in a box under my bed. I sat on my bed and wondered again: who could be the one leaving me the flowers?
I didn't suspect anyone. My mother laughed when I showed her the flower every morning, as if she knew something I didn't and when I asked, she refused to say and said: he will show up at the right time.
Who leaves you a rose every morning at your window? It's romantic and there was no one I knew who was romantic?
After a run to the bathroom and throwing clothes all over my room, I found what I was looking for. I sighed happily and took it. I was on vacation but went swimming every morning, I slipped on my jean shorts and my favorite red flannel. The swimsuit was already in my bag with the necessities.
When I walked into the kitchen, my mom smiled at me. -Sit down. Breakfast is ready.
-I'm going to throw up the food, I'll just have a glass of orange juice and a piece of toast," I rolled my eyes.
-You should comb your hair or everyone will run away from you when they see you," my mother teased.
-Very funny," I said sarcastically.
I chewed my toast as I watched my mother get ready for her work. When she finished, she kissed my cheek. -See you later, grumpy," she said tenderly.
-Yes, yes. Come on, let's go. You'll be late," I muttered. She smiled teasingly as if she expected that.
She seemed to remember something. - Is she here? -I nodded.
-It's a blue rose," I shrugged. She didn't leave anything else.
I'm sure she heard the disappointment in my voice, because she said, "I'm sure she will soon," she walked to the front door of the house. Remember to call your father.
-Later," I said with annoyance.
My parents have been divorced for two years, he's dating my math teacher, he asks me to call him every day. No way, if he wants to see me, let him come.
I grab my purse and walk out of the house, lock the door before I start heading to the Olympic pool. My neighbors wave at me and I wave back. As soon as I get to the pool, my coach is in a bad mood and sends me to change. I guess I'm not the only grumpy one today. I gather my hair into my cap and change into my navy blue one-piece swimsuit. I keep saying there's nothing worse than a swimmer's swimsuit.
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I could pass for a boy, since I'm not very curvy.
I get out and see my friends in the pool. I take a step and bump into Carlos. He smiles at me and I am speechless.
-Hi Leila," he greeted me. He is my best friend's cousin and he looks nothing like my best friend. Thank God for that, I thought gratefully.
-Hi Carlos, I thought you weren't coming today," I commented, as I heard him say he couldn't come today.
-I figured it out quickly," I frowned and nodded. I turned and headed towards where the others were warming up, I could feel him following me. Leila After practice, can we go get some ice cream?
I looked at him with a raised eyebrow. -Sure," I agreed and smiled at him.
I saw him sigh, walked away and started warming up. Later, I'm walking next to Carlos, he attracts looks like chopped rice, when I enter the ice cream shop, he turned around and said smiling at me: "Order, it's on me.
I smiled back, nobody turns down ice cream, least of all me. I felt like heaven opened up and "Hallelujah" sounded.
I chose my two favorite flavors, mint and strawberry. When he has his, we sit down and eat the ice cream. I've known Carlos for a couple of years, he's a cute guy, smart, gentlemanly and an excellent swimmer.
- How is your mother? -Carlos asked.
-She's fine. She'll be happy to have you over one of these days," I said with a shrug and looked at him shyly.
My mother adores my best friend, Roberto and Carlos, they live a couple of blocks from ours.
-I'll do it," he winked at me and leaned a little towards me, I felt my heart race, "Do you think she'd make brownies if I asked her?
I rolled my eyes, while trying not to smile. -I don't doubt it.
He looked at me carefully. --You have a beautiful smile," he commented, his gaze intense.
-Uh, thank you, Carlos," I stood up, nervous. I have to go.
I felt my face burning, it sure looked like a tomato.
-I'll walk you," he offered, I gave him a small smile.
-Okay, thanks," I whispered, biting my lip.
We walked in awkward silence, the tension could be cut with a knife when we reached my house. He just smiled.
-See you, beautiful -his look was different, he seemed to want to tell me something.
I was surprised by his words. -Sure, Carlos," I fiddled with my hair.
I went inside and headed to my room. I sat down and admired the roses. A knock on my window made my heart race as I walked over and opened it. I saw nothing. Until a rose appears at the height of my face and then the smiling face of Carlos.
Then it hit me: he is the boy with the roses.
-You... you," I stammered. It's you," I lowered my face to his height. Why?
I saw shyness fill his face. -Every rose since I like to see you smile, laugh... every rose since I like you," he explained.
I blushed completely. - Why me? -I wanted to know.
Carlos could have any girl, he's very handsome, tall, with straight black hair, hazel eyes, a swimmer's body, manly jaw, a profiled nose and a Colgate smile. - Don't you realize how beautiful, intelligent and talented you are? -I shook my head.
What can I say, my common brown hair, brown eyes, I'm tall and thin, I'm barely curvy. I'm a nerd at my school and I love swimming.
-I don't see what you see," I mumbled in confusion.
-You are unique, Leila," his hand touched my cheek, with a gentleness and tenderness that filled my eyes with tears.
-I am common, Carlos," I replied sadly, "A normal, ordinary girl.
He grabbed my window and entered my room. -That's the last thing you are, Leila.
I see something shining in his eyes. -I... you can have any girl," I tell him painfully.
He denied. --I want the girl I fell in love with, the one who's beautiful even when she's in a bad mood and snorts at everything," she looked into my eyes and I gasped. I love you, Leila Martinez.
-I don't understand, you never showed that you liked me," I bit my lip.
-I didn't know how to act without making you run, I wanted to be your friend first and conquer you behind the curtain before showing up," his hand caressed my face. If you don't like me, that's fine but at least I could tell you.
-I like you, I just didn't think you'd like me, I thought you'd never notice an ordinary girl like me anymore -I averted my gaze.
His hands caress my cheeks. -There's nothing ordinary about you. Nothing," I closed my eyes and felt his lips caress mine. They are soft, warm, sweet and I love them. I've been dreaming of kissing you for a long time.
And I realized that life is full of surprises and sometimes it's worth the wait.
PS: I hope you like this little fictional story, I look forward to your comments and votes. Thanks in advance😁
