Me encanta. Me lastima. No puedo irme
La palabra amor. Una palabra tan corta, una sílaba pero tan pesada como parece. Algunos comparan el amor con el soplo de aire fresco de la mañana al despertarse junto al mar o al primer vistazo a un recién nacido o al momento en que se sacrifica por otro. ¡amor! ¡amor! ¡amor!
Amor propio, amor por la comida, amor por una persona, una cosa. Siempre hay amor y siempre se ve como el bien mayor. Pero cuando el amor es oscuro y misterioso, aterrador y posesivo, abusivo y violento. ¿Qué haces cuando el amor es veneno y te paraliza pero no puedes dejarlo ir? Bueno, déjame que te entregue una historia. Mía para contar.
Así que allí estaba todo lleno de vida y al menos el 45% de mi inocencia todavía estaba intacta. La única hija de un hombre de negocios promedio y la única hermana de seis de los mejores y peores hombres que jamás conocerás y en mi camino a la universidad y escapando del caparazón de ser atendido en cada una de mis órdenes.
Faltaba una semana para la reanudación y estaba preparado para el largo viaje con la familia. El día no podía llegar más rápido. Finalmente, todo asentado y listo para que comience el semestre. Decidí dar un paseo por el campus para tener una idea del lugar. Una tarde fría y ventosa. 4.15 pm para ser precisos. Pasé por el gran salón de la escuela. Acogiendo el nuevo entorno que servirá de hogar durante los próximos cuatro años. Atrapé la mirada de un extraño desprevenido. Fue solo una mirada y no pensé en nada.
Era el primer día del semestre y ya sentía que lo iba a perder. Aquí vino este vaso alto de chocolate de 6 pies y 5 pulgadas que viene en mi camino. Su rostro le resultaba familiar. Entonces, por supuesto, recordé que era el extraño que vi hace unos días. "Hola, soy Ashton. Te vi hace un par de días caminando por el gran salón". Inmediatamente estuve de acuerdo. No pude tener suficiente de su constitución, quiero decir, ¿eres un nigga alienígena? Pensé dentro de mí.
Nos llevamos bastante rápido y él se preocupaba por mis calificaciones y hacía lo mejor que podía. Estuvimos bien. Me encantó cada momento de vigilia con él y podría decir con seguridad que a él también le encantó. Éramos dos guisantes en una vaina. Quiero decir que no estábamos saliendo, pero él me trataba como a una princesa. Estaba acostumbrado a ser mimado, pero él lo llevó a un nivel completamente nuevo. Sorprendiéndome con joyas y ropa caras. Era un sueño de chicas junto con el hecho de que mis notas estaban tocando el techo. Me sentí segura dondequiera que estuviera con él e incluso tan simple como escuchar su voz. Fue bueno hasta que dejó de serlo.
Verás, esa fue la parte colorida de todo. Ashton me pegaba cuando cometía el más mínimo error y me lastimaba, pero yo lo encubría y volvía con él como un cachorro perdido. Él era una droga para mí. Me drogaría, golpearía y violaría. Pero al igual que una adicción, volvía a él como en ningún otro lugar, mis calificaciones se derrumbaron de inmediato y estaba al borde de la expulsión.
Me estaba ahogando en el amor y no había balsa salvavidas ni nadie que me sacara. ¿Fue este amor? Pensé que todo era rosado, suave y soñador. Esto fue abusivo, odioso y oscuro. Todavía no podía irme. Y fue en ese día fiel que lo perdí todo. Ashton me había visto con otra persona de la escuela. Solicitó mi presencia en su loft y, como un buen cachorro, acudí a él. Sin decir una frase, me tiró al suelo, me violó y estranguló. Morí ese día.
Fue amor o eso pensé.