Concurso TopFiveFamily Observa Piensa Escribe: La Piedra Mágica. Cuento corto original.

Era una tarde en Caracas, el sol brillaba en el cielo y la brisa soplaba suavemente por el Parque del Oeste. Y aunque el calor era fuerte, se escuchaba a un grupo de niños que estaban jugando, a veces jugaban a la ere, en otros momentos a tonga y al escondite, era impresionarte ver a los niños corriendo y riendo sin parar. Entre ellos, se encontraban dos vecinos, un niño llamado Ramón y una niña llamada Andreína.

Finalmente, ya terminando la tarde y después de última la partida de escondite, todos los niños se despidieron y comenzaron a caminar por el parque, relajándose y disfrutando del hermoso día, mientras iban a su casa. Ramón y Andreína, se fueron juntos a casa. Caminaban uno al lado del otro, hablando y riendo, disfrutando de la compañía del otro.

Ramón le preguntó a Andreína, si ella, alguna vez, había oído la historia de la piedra mágica del Parque del Oeste. La niña lo miró con curiosidad, le dijo que no y le pidió a Ramón, que le contara la historia. Y ramón, comenzó a contar la historia que había escuchado de sus abuelos en la casa, la cual decía así:

“Hace muchos años, en este mismo parque donde estamos ahora, había una piedra mágica. Dicen que quien se acercaba al lugar donde estaba la piedra y tiene un corazón puro, hace que la piedra mágica brille, y cuando esto pasaba, la persona tocaba piedra mágica y esta le da un deseo”.

Andreína se emocionó al escuchar la historia y le preguntó a Ramón, si de verdad, él conocía a alguna persona que pudiera confirmarla. El niño asintió con la cabeza y le contó que su abuelo había sido uno de los que habían tocado y que su deseo había sido concedido.

Andreína, estaba contenta y fascinada con la historia y le preguntó a Ramón, si él había tocado alguna vez la piedra mágica. El niño negó con la cabeza, pero dijo que estaba planeando hacerlo algún día. Andreína se sonrió y dijo que ella también lo haría.

Finalmente, los niños llegaron a donde estaba su casa, y después de despedirse, entraron en sus hogares cargados de entusiasmo. Andreína, no podía dejar de pensar en la historia de la piedra mágica y se prometió a sí misma ir al parque al día siguiente y buscarla, ver si existía y de ser así, tocarla y pedir un deseo.

Al día siguiente, Andreína se levantó temprano, se arregló y se dirigió hacia el parque. Sabía que tendría que encontrar piedra mágica, entre tantas que había. Buscó y buscó, pero no pudo encontrar nada que se pareciera a la piedra descrita por Ramón y ninguna de las piedras que ella veía brillaba. Desanimada, por no encontrar la piedra, Andreína, decidió volver a casa.

Pero cuando iba de vuelta a su casa, Andreína vio una piedra hermosa, grande cerca de dos árboles, y sobre ella había un pájaro, y las ramas frondosas de los árboles casi la cubrían. Ella se acercó lentamente, se apoyó en un árbol y vio como brillaba la piedra para ella y observó al pájaro cantar y salir volando. Andreína, cerrando los ojos con fuerza, tocó la piedra mágica, mientras pedía su deseo en silencio.

Después de unos momentos, abrió los ojos y se sorprendió al ver que, la piedra ya no brillaba, y miró, como una hoja del árbol caía sobre sus manos en la piedra. La hoja, era muy hermosa y verde y para Andreína, parecía que tuviese escrita una palabra o un signo escrito, pero no lo pudo distinguir.

Andreína, se sonrió, muy feliz, y sabía que su deseo se concedería, ya que había encontrado y tocado la piedra mágica y por eso sabía que tenía un corazón puro y sincero. Y mientras se iba a casa jugando con la hoja del árbol, sabía que su deseo, que no era más que la verdadera Amistad con Ramón y la Unidad de su familia, se cumpliría.

Desde aquel día, el niño y la niña se volvieron aún más cercanos, compartiendo sus aventuras y sueños en el parque. La historia de la piedra mágica se convirtió en una leyenda más para todos, pero no para Andrina, ya que la había visto y sabía que su amistad con Ramón, duraría para siempre.

Gracias por leerme.

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