La fotografía de esta semana, me hizo pensar con nostalgia y añoranza, en mi madre. Mamita linda, ya han pasado doce años que no la veo, pero siempre está en mi corazón y en mis pensamientos. Sus lirios están bien cuidados, están conmigo.
Les comento que mamá, siempre disfrutó de su jardín y su pequeño huerto. Era un deleite para ella, día a día caminaba en él; siempre atenta y dedicada a la evolución y floración de sus diferentes plantas. Las cuidaba con pasión, contemplación y celo; asiduamente, permanecía horas y horas en su oasis.
En un lugar especial de su vergel, estaban sus lirios naranja; los cuales con sus cuidados y atención se reproducían y multiplicaban aceleradamente. Llegaron a su jardín, a través de dos plántulas, traídas del estado Trujillo. En lo particular, pensé: !En el llano "tierra caliente" no se adaptarán, ni sobrevivirán!. Por respeto, jamás se lo comenté. Qué equivocada estaba, con mi apreciación. Los lirios naranja, formaban parte de sus flores preferidas; por años los cultivó, trasplantó y obsequió. Eso la hizo muy feliz.
Pero mamá enfermó y su condición, exigió permanencia de tiempos prolongados, en instituciones de salud, por lo que su jardín y huerto fueron deteriorándose. Las plantas comenzaron a manifestar la falta de atención y riego con tallos marchitos, hojas caídas y progresivamente fueron agotándose hasta perecer, al igual que mi madre.
Transcurridos aproximadamente nueve meses, un día mi hermano me visitó, traía consigo varios materos de mamá, con tierra incluida; me sugirió reutilizarlos en mi jardín; eran macetas grandes y en muy buenas condiciones. Al remover la tierra, observé que tenían bulbos de lirios; comencé a regarlos y así llegaron los lirios de mamá a mi casa. Esa es la historia.
Me sorprendió considerablemente, que los bulbos sobrevivieran por tanto tiempo sin riego y en condiciones tan inhóspitas, como las que les referí. Consulté al respecto, en la literatura y refiere que son
órganos especializados en el almacenamiento de nutrientes, especialmente cuando las condiciones no son favorables. La planta puede llegar a dejar morir su parte aérea mientras sobrevive gracias al bulbo subterráneo, desde el que luego rebrota.
En la actualidad, disfruto mucho el atender y cuidar los lirios de mamá, es satisfacción y deleite; sobre todo después de un arduo día de trabajo. Son bondadosos y considerados, siempre están hermosos. Los cultivo y también los obsequio.
Estoy muy orgullosa de los lirios de mamá, muy respetuosamente, con el permiso del profesor @lanzjoseg comparto unas fotografías, se los presento:
Imagen propiedad de @marilour
En ocasiones algunos tallos en floración, han alcanzado la altura aproximada de 150 cms.
Imagen propiedad de @marilour
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