Fruta bendita

Hay semillas que crecen en cualquier tierra, nacen y se forman así solas con la ayuda de la naturaleza, nada más, es decir, la mano del hombre no está presente, mientras que otras sí ameritan más cuidados y todo un proceso para sembrar y ver crecer a una planta. Así pasa con un árbol de mango, esa fruta común que es conocida al menos en mi país por todos, se da en todas partes y es muy bondadosa porque da frutos en cantidad, además de dar sombra porque son frondosos los árboles.

Tanto en los pueblos como en la ciudad hay ese verde, grande y hermoso árbol de mango, hay una clasificación; sin embargo, a todos le dicen mango. Su costo es bajo porque siempre hay bastante y en su mayoría los regalan, a quienes le gusta tener su forma favorita de comerlo y va desde verdes hasta maduro, así como hay también una lista larga de como preparar postres y jugo con esa fruta.

Increíblemente, hasta las hojas del árbol de mango son útiles, porque cuando uno tiene dolor en los pies o se dio un golpe, en el pueblo ponían a hervir las hojas y esa agua metían los pie, era medicinal usada como desinflamatorio. En mi casa preparo jugo y hago helados de mango, pero cuando están verdes los cocino y luego licuo, paso por un colador, lo dejo muy espeso y eso si lleva bastante azúcar porque verde son un poco ácidos.

Maduros poco me gusta, de preferencia uno que se llama de bocado, porque el de hilacha no me agrada para nada. Algo curioso es que en países como Corea el mango es una fruta costosa y casi que la comen solo los millonarios, lo deben importar, así lo veo en las series, je je je.

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