Años de vida

En la vida hay cosas que no son predecibles y las personas crecen, avanzan, se dedican a trabajar, a cumplir rutinas e inevitablemente los años pasan porque el tiempo no se detiene. A veces viven el hoy y del futuro, no se sabe con certeza, suceden cosas de repente buenas o malas que no se podían saber con anticipación y simplemente pasan; físicamente a unas personas se les nota más los años que a otros.

Si hay rostros que hablan sin pronunciar palabras, pueden decir tanto por qué expresan alegría, dolor, tristeza, ganas de gritar o decir cuanto los ha golpeado la vida porque ha sido dura y muy difícil. Hay trabajos fuertes que van más allá de la capacidad de las personas, tanto que deben hacer un doble esfuerzo para hacerlo, así se van agotando física y mentalmente, envejeciendo más rápido.

Hay diferencias entre una persona que vivió bien sin recibir tantos golpes de la vida, trabajando con gusto a una que creció con muchos problemas y trabajo con más sacrificio; surgen las comparaciones entre dos rostros de la misma edad porque una se ve mayor que otra siendo el mismo número de años, pero indiscutiblemente la vida que les ha tocado no y eso marca una gran diferencia.

Ojalá todas las personas pudieran vivir cada etapa, edad y momentos de sus vidas plenamente sin tantos atropellos; pero eso sería un cuento y la vida real es diferente, es una batalla y un camino largo por recorrer donde individualmente se vive como les toco por elección o decisión; en algunos caso por imposición. Si me detengo un momento, reflexiono sobre tantas cosas que dejamos pasar, por solo trabajar, olvidando, reír, compartir, descansar y vivir más para sí mismo y no tanto para los demás.

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