Una tierra que aprendí a amar, no soy de Guárico, pero la siento como mía de esa hermosa tierra es mi esposa y los padres y hermanos de ella, así que la siento tan mía como lo es de ella, la paso genial en ese pueblo me siento como en mi propia casa

Estando allá en la casa de mis suegros me siento tan, pero tan bien que cuando voy para la casa de mis suegros no quiero regresar a la mía. Luego me acuerdo que tengo que trabajar jajaja y se me pasa, como dicen por allí.

Visitar a los vecinos de mi suegra en ese pueblo, es como si visitaras a un hermano, me tratan así como si fuéramos hermanos o los mejores amigos de siempre el día que llegue una vecina me ayudo a conseguir maíz tierno para que mi suegra hicieras las cachapas, eso no lo hace todo el mundo, y es que en ese pueblo las personas se ayudan entre sí.

Me di cuenta de que cuando una persona no tiene que comer siempre uno des sus vecinos le ayuda con comida y eso se vuelve recíproco, de verdad son muy solidarios unos con otros. Los niños son muy divertidos y tienen unas ocurrencias que siempre me hacen reír ellos y sus cuentos de vida cuando salen de cacería o cuando les toca ordeñar las vacas.

Mencione en otra publicación que tuve tres días y esos tres días me sentí tan feliz y siento que me recargue de energías, ver a las niñas jugar con todos esos niños en ese enorme patio y hasta en la calle es algo a lo que ellas no están acostumbradas, solo ven estas cuatro paredes en este apartamento.

Quiero volver lo más pronto posible para descansar como solo allí en ese humilde pueblo lo puedo hacer.

Te extraño Guárico.