Imagen propiedad @lanzjoseg
En el 2019 viaje a Villa de Leyva, Boyaca, Colombia. Es un pueblo frio, netamente turistico y agricultor, con montañas y un clima muy agradable. Cuando llegue a la finca donde ibamos a vivir por un tiempo encontre que tenian varias cestas de tomates. Me dijeron que se las habia regalado el vecino que tenia un invernadero de tomates.
La primera vez que lo visite quede maravillada al ver tantas plantas de tomate todas con sus hermosos frutos al rojo vivo, grandes y jugosos. La planta es debil, tanto que hay que amarrarla con soga fina a unos alambres que se entre tejen arriba de ella para que alli se enrede y se sujete ya que los frutos la hace caer, si el tomate toca el suelo se daña.
Era la primera vez que veia como nace y crece un tomate, siempre lo vi en la nevera esperando ser agregado a la comida para comerlo. Esto fue muy aleccionador ya que vemos el tomate tan fragil y que de nada se puede dañar, pero en realidad es mas fuerte de lo que creemos.
Al trabajar en este invernadero pude ver el trato y el recorrido que se le da a este vegeta al ser arrancado de la planta y tirado a un balde que los llevara a una cesta que estan enfiladas en el pasillo del invernadero y donde alli reciben otro golpe, luego son seleccionados por tamaño y llevados en camiones para los supermercados para luego ser tirados (nuevamente) a las mesas de donde los tomamos para comprarlos.
Asi que el tomate es resistente y nosotros lo maltratamos mucho y no valoramos esos alimentos que consumimos todos los dias en nuestra mesa muchas veces no sabemos como llegan hasta alli. Aprendi mucho sobre el tomate en Colombia, fue una pequeña escuela durante mi año y medio que estuve alli.
Esta es mi entrada al concurso que realiza el amigo @lanzjoseg en la comunidad de #topfamily donde por medio de su foto de la semana podemos hacer una publicacion sobre lo que observamos, llamado Observa, piensa y escribe.
@topfivefamily/anunciando-los-ganadores-del-concurso-81d1e0b032dc