En los años recientes en mi localidad (Moroleón, México) se han creado "ciclovías" en las calles de reciente remodelación. Pongo ciclovías entre comillas, porque lejos de ser vías eficientes, son más bien limitaciones del acotamiento marcadas con lineas sobre el suelo, que poca o ninguna preferencia otorgan al ciclista.
El problema es que en mi localidad no se fomenta el uso de la bicicleta, ni en general, a decir verdad, ninguna educación vial. Normalmente las ciclovías solamente son lineas de pintura sobre el asfalto, que la mayor parte del tiempo son utilizadas como estacionamiento para los automóviles. El resto de ocasiones, son lineas marcadas con plástico sobre la mitad de la calle, que en la práctica no las distingue en lo más mínimo de la calle destinada para el flujo vehicular.
Las ciclovías deberían de ser, como se ven en esta imagen, un carril exclusivo para las bicicletas, y además, para ser eficientes, se debería fomentar por todos los medios posibles, el uso de la bicicleta por parte de los ciudadanos que normalmente se desplazan en automovil.
Lamentablemente la mentalidad de las personas que gobiernan en mi localidad es bastante limitada. Y también, por qué no decirlo, la sociedad civil es por su parte también muy desapegada de las decisiones gubernamentales y su poder persuasivo, o dicho de otra manera, su participación política, es prácticamente nula, cero.
Esta situación de apatía política no surge nada más como consecuencia de una sociedad ineducada, también está marcada por los problemas de violencia que azotan esta región desde hace algunos años. Las personas han optado, gracias a un instinto de autoconservación, a no participar en política, debido al miedo y al riesgo que supone hacerlo.
Aún así, es lamentable el hecho de que las ciclovías se cobren en el presupuesto de obra pública y en la práctica no tengan ninguna utilidad. Yo, como ciclista, cuando me es posible, trato de circular por las vías señaladas, aunque la mayoría de las veces me encuentro que los carriles están invadidos por los automóviles. Es lamentable, como vengo diciendo, que el gobierno sea tan poco eficiente en las cosas que importan y que darían un aspecto de urbanidad y civilidad a esta localidad.
Hay un trecho bastante largo entre cómo deberían ser las ciclovías y como son, y no parece que en el futuro cercano, ese trecho vaya a salvarse. Lo que nos queda a los ciclistas, es arreglárnoslas para circular en una ciudad pensada y ejecutada como autopista. Queda mucho camino por recorrer en la mentalidad de estas localidades del sur de Guanajuato, para llegar a tener ciudades inteligentemente administradas.
Sobre otra cuestión que hablaré más adelante es acerca del manejo de las aguas fluviales y el tratamiento que se les da a los arroyos. Donde, por cierto, se podrían practicar deportes tales como el canotaje y la natación, si no fuera que los arroyos y lagunas se utilizan como tiraderos de desechos humanos.
El ciclismo es un deporte, pero muchas personas practican este deporte en su sentido dual de medio de transporte y "ejercicio" (como se le llama a la actividad física). Si nuestros gobiernos fueran conscientes de los beneficios a la salud general de este medio de transporte, quizá no fueran tan renuentes a construir o al menos a respetar las ciclovías, y fomentar el uso de la bicicleta como medio de transporte urbano.