¡Hola, comunidad! Del 3 al 9 de julio fue el Festival del Caribe, la Fiesta del Fuego, uno de los eventos más grandes y esperados de mi ciudad. Sin embargo, por la profunda crisis económica y migratoria que atraviesa mi país, hace algún tiempo viene decreciendo en calidad, cantidad de países y tamaño de las delegaciones. Es triste.
Sin embargo, nos dio más de una sorpresa. Una de ellas sucedió en Allegro, un proyecto sociocultural que tomó el magnífico, antiguo y famoso cine Oriente (hace tiempo, tristemente, inhabitable y lleno de escombros), para hacer su sede. El espacio tiene un café, llamado Arte Lucía's, y una terraza/discoteca. Ambos espacios estuvieron a disposición del Festival.
Una tarde, en el café Arte Lucía's, se estableció el saxofonista Lázaro, un jovencísimo músico que nos deleitó con covers de variadas canciones y en general un momento agradable. El público, aunque pequeño, disfrutaba. Sin embargo, los artistas que debían presentarse luego no aparecían.
Lázaro aguantó como pudo pero estaba claro que aquellas personas no iban a aparecer. Los que estábamos al tanto de la organización nos disgustamos un poco, pero decidimos compensar con buena música grabada que siguiera el hilo de lo anterior, café y un entorno familiar e íntimo.
Entonces, de la nada, llega Ivette. Una artista de la capital a la que le habían informado que debía actuar en Allegro. ¡Los organizadores no tenían ni idea! Por supuesto, la recibimos, montamos su piano y nos preparamos para escucharla.
¡Era buenísima! Extraordinaria voz, buena pianista. Tras un par de canciones, sugirió a Lázaro que subiera con el saxofón e improvisara con ella. Quedó perfecto. La impresión general fue que si se hubiera ensayado, no habría quedado tan bien.
Cuando al fin se bajaron del escenario, los invitamos a nuestra mesa. Se nos había unido Roger, escritor de Fantasía y desarrollador de videojuegos. También estaba Alexander, actor y director de Allegro, y yo que también soy escritora. Conversamos bastante e Ivette invitó a Lázaro a seguir tocando con ella.
La promesa se cumplió: ambos músicos siguieron actuando juntos en otros escenarios de la ciudad y todo parece indicar que han creado una buena alianza.
Y todo por un encuentro accidental en un café.
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ENGLISH
Hello, community! From July 3rd to 9th, the Festival del Caribe (Caribbean Festival), also known as the Fiesta del Fuego (Festival of Fire), took place—one of the largest and most anticipated events in my city. However, due to the deep economic and migratory crisis affecting my country, the festival has been declining in quality, the number of participating countries, and the size of delegations for some time now. It’s a sad situation.
Nevertheless, there were pleasant surprises. One of them occurred at Allegro, a sociocultural project that transformed the magnificent, old, and famous Oriente cinema (which had become uninhabitable and was filled with debris) into its headquarters. The space includes a café called Arte Lucía’s and a terrace that doubles as a discotheque. Both spaces were made available for the festival.
One afternoon, at the Arte Lucía's café, the saxophonist Lázaro settled in, a very young musician who delighted us with covers of various songs and in general, a pleasant moment. The audience, though small, was enjoying themselves. However, the artists who were supposed to perform next were nowhere to be found.
Lázaro held on as best he could, but it was clear that those individuals were not going to show up. Those of us who were aware of the organization were a bit disappointed, but we decided to make up for it with good recorded music that followed the previous theme, coffee, and a familiar and intimate atmosphere.
Then, out of nowhere, Ivette arrives. An artist from the capital who had been informed that she was supposed to perform at Allegro. The organizers had no idea! Of course, we welcomed her, set up her piano, and prepared to listen. She was amazing!
Extraordinary voice, talented pianist. After a couple of songs, she suggested that Lázaro join her with the saxophone and improvise. It was perfect. The overall impression was that if they had rehearsed, it wouldn’t have been as good.
When they finally stepped off the stage, we invited them to our table. Roger, a Fantasy writer and video game developer, had joined us. Alexander, an actor and director from Allegro, was also there, along with me, a writer. We had a lengthy conversation, and Ivette invited Lázaro to continue playing with her.
The promise was fulfilled: both musicians continued performing together on other stages in the city, and it seems they’ve formed a strong alliance.
All because of an accidental encounter in a café.
