Hola queridos amigos, espero se encuentren muy bien. En esta oportunidad quiero compartir con ustedes una reflexión acerca de los ambientes en los cuales nos vamos desarrollando y muchas veces en ellos nos determinamos como personas, como seres humanos, en muchos de ellos aprendemos lo bueno pero con el tiempo sabemos que ya ciertos ambientes no nos favorecen.
En estas últimas semanas este ambiente se ha vuelto recurrente en mí debido a un cambio de trabajo que ha llegado repentinamente, pero que todo favorece, sin embargo, estar en este ambiente me ha permitido recordar mi niñez pero sabiendo que nunca es igual pero que pude disfrutar y que estaba alejado de tantos problemas sociales en los cuales hoy me desenvuelvo, nos ha tocado como adultos enfrentar las dificultades de una sociedad injusta o de personas injusta pero que felicidad es ser niños.
Estas casas han estado en un silencio profundo, se ha notado la ausencia de tantos niños que reflejan alegría pero que al mismo tiempo dan preocupaciones a los adultos, despreocupados y con ganas de aprender y de decir "me enseñaron en la escuela" cuántas enseñanzas en los muros del primer llanto lejos de mami, cuántas enseñanzas lejos de la comida de la abuela. Ser niños tiene su sentido aunque a medida que vamos creciendo deseemos ser adultos.
La pandemia ha dejado no solamente vacíos en nuestras mesas o nuestras fotos familiares sino que también trajo consigo miedo y al mismo tiempo el temor de salir a nuestras aulas, de llevar a nuestros niños a sus salones de clase, pero más allá de esto, ¿Que encontramos? dificultad de aprendizaje y apego a lo tecnológico, la mayoría de nuestros niños y niñas han manejado su entorno recreativo y en cantidad mínimas educativo a través de las pantallas y será uno de los grandes retos a vencer.
El regreso a clases en Venezuela es un tema que ha traído consigo mucha polémica en el gremio, sin embargo, todo parece indicar que el inicio es eminente y que las maestras, profesores se han estado preparando para dar una sentida bienvenida a esa segunda casa que se siente abandonada, sola y que también necesita del calor humano así como nosotros necesitamos del otro que nos rodea.
Si el reinicio se da no será por mucho tiempo, lo importante es seguir cuidándose, y disfrutar lo que haces. Recordaba que yo hace poco estaba desarrollando mi trabajo en comunidades y con talleres de formación, hoy estoy en un ambiente distinto y que bien me ha hecho, no te cierres a los cambios, no dejes que un ambiente nuevo pase y no te regenere. Es tiempo de ser dóciles pero también de cuidar y preservar lo que nos pertenece por eso a veces es necesario un cambio de ambiente
Fuente: Imagen realizada en canva