Hola, apreciados amigos. En Venezuela, la situación económica vivida en los últimos años, ha tenido un importante impacto en la vida social, personal y familiar de la mayoría. Los costos de los alimentos, más la caída del poder adquisitivo y del ingreso, han generado fuertes desequilibrios para gran parte del país, sobre todo en lo relativo a la alimentación. La subida permanente de sus precios, hacen difícil la adquisición de comida y algunos rubros se han convertido casi en un lujo.
Ajíes cosechados en nuestro patio familiar.
Sin embargo, ese mismo problema ha servido para que, de igual manera, mucha gente tome conciencia de la necesidad de producir, sobre todo de sembrar y cosechar, cosa que sólo se tenía reservada para los sectores del campo. En las ciudades, aunque muchas familias tenían espacios que, con un poco de conocimiento y con una mínima preparación, podían servir para la agricultura, sólo fue después del surgimiento de esta crisis, cuando se tomó conciencia de la importancia de hacerlo.
Un racimo de cambur en pleno proceso de crecimiento.
Es así como, de unos dos o tres años hacia acá, hemos podido darnos cuenta de la necesidad de producir parte de nuestros propios alimentos, algunos de los cuales, por cierto, son hoy muy costosos. En ese sentido, mi familia y yo nos vimos exigidos, y qué bueno que haya sido así, de aprender a sembrar, cuidar y cosechar vegetales y frutas que antes sólo adquiríamos en los supermercados o mercados. Así que, apreciados amigos, sólo es necesaria una actitud positiva para aprender y la voluntad suficiente para tomar conciencia de que este momento, si bien es duro, también es una oportunidad de oro para comulgar con la naturaleza y sembrar una cultura mucho más vinculada a algo tan importante y vital como la auto generación de alimentos! Vamos a sembrar!!
Tomates cultivados en el patio.
Todas las fotografías son de mi propiedad, tomadas con mi teléfono Alcatel 1V 2020.
