Saludos, amigos de la comunidad Humanitas.
Gracias a la etiqueta de @acount en su participación, me he enterado de esta iniciativa sobre la Cultura humana. Religion.
El tema de esta convocatoria es de suma importancia para mí. Le he dedicado mi interés académico por muchos años y al respecto he escrito un libro titulado Religiosidad a inicios del tercer milenio, interpretación de los elementos simbólico-religiosos en la discursividad social, publicado por la Editorial Académica Española.
Reconozco como interesantes e incitadores a la reflexión los aspectos sugeridos por @eudemo en el llamado a la participación, pero en vista de la complejidad del tema (del cual se ha escrito una bibliografía inconmensurable, desde diferentes perspectivas metodológicas y desde diferentes especialidades profesionales) voy a optar por escribir, muy sucintamente, sobre algunos puntos que resaltan en el abordaje del tema desde las Ciencias Sociales.
Entiendo perfectamente que la religión puede ser comprendida como un sentimiento particular, íntimo. Un tema del que se puede, y se debe, escribir desde el corazón y las sensaciones. Así se ha recogido en las manifestaciones espirituales -desde las manifestaciones rituales hasta las literarias- de todo el planeta. Pero la Religión también es un tema de estudio científico al cual hay que acercarse con suprema delicadeza porque al tocarlo estamos tocando los cimientos de la moralidad humana que es el asiento de todos los comportamientos.
Particularmente me parece de suma importancia diferenciar el fenómeno cultural conocido como religión del concepto de iglesia que es una manifestación histórica motivada por una complejidad de hechos sociales, que al lado del sentimiento religioso, también está -sin que esto la desacredite- imbuida por intereses de tradición cultural, como el machismo o las adjudicaciones de epifanías, por ejemplo, así como de aspiraciones políticas y económicas, entre otros motivos.
Una vez establecida la premisa de que Religión e Iglesia son dos hechos diferentes tendremos abierta la mente a entender lo que realmente significa la tendencia humana a la religión, independientemente de creencias en dioses específicos, poderes eclesiales, intereses personales o imposiciones culturales.
El estado del arte en el estudio de lo religioso (el tema más abordado en las ciencias sociales) ha partido del origen etimológico de la palabra religión para comprender el origen del comportamiento religioso. Los más conspicuos teóricos han dado su aprobación a la interpretación que aclara la lingüística.
Desde este punto de vista la palabra proviene del verbo latino relegare que significa "estar atento, considerar y observar". Notemos que relegare es el verbo opuesto al verbo negligere que significa descuidar, socavar.
De esta manera, el espíritu religioso descrito en la palabra religión parece provenir de la necesidad de atender escrupulosamente, con sutileza, la vida.
Esta concepción de la religión puede abarcarnos a todos los que queremos encontrar en la existencia humana un sentido de trascendencia, de unión cósmica y de respeto por la interpretación del sentido de la vida de otros, quienes quiera que sean esos otros y sea cual sea su creencia específica.
Alrededor de las creencias específicas los seres humanos siempre hemos creado narrativas, historias paradigmáticas que nos dicen como era el mundo antes de que existiéramos. Contra esas historias nos comparamos para llevar una vida con sentido.
La palabra sentido indica una tendencia, una direccionalidad, que nos garantiza, al seguirla, desde que nacemos, nuestra pertenencia social, como si se tratara de una cobertura sagrada hecha para cada hombre. Nadie quiere, ni puede sentirse solo, entonces comienza a creer en lo que sus mayores han creído por generaciones.
En la anterior explicación estoy refiriéndome al tremendo valor humano de la narración que contienen los mitos. El concepto Mito ha devenido como un acceso directo a los contenidos religiosos. En el mito podemos leer, como en un libro, las características espirituales, religiosas, de todos los grupos humanos.
El acceso cultural y pragmático de los mitos se sucede a través de los ritos. El rito es la forma estereotipada y repetida como se interpretan -y reinterpretan- los mitos, o sea la manera como se ejercita la religión en la práctica social, muchas veces de maneras que pueden pasar inadvertidas.
De forma que al hablar de religión no hablamos de solo un aspecto de la vida cultural. No es aventurado decir que la religión (vista en el sentido narrativo que le confieren los mitos y ratificada en la incesante reactualización de los mitos en los comportamientos cotidianos repetidos de una cultura) es la síntesis de la sociedad total.
Tal vez, conociendo el contenido holístico que tiene la palabra religión (entendida la religión como "la forma como la gente vive en función del sentimiento religioso"). la palabra religión deje de ser un concepto polémico, que se evade constantemente y pase a ser considerado como uno de los temas que proporciona más conocimientos sobre lo humano y de los que es necesario hablar mucho.
Quedo agradecida de su lectura.
Apreciaré mucho sus comentarios.
@gracielaacevedo
Thanks to @acount's tag in his participation, I have learned about this initiative on Human Culture. Religion.
The subject of this call is of utmost importance to me. I have devoted my academic interest to it for many years and have written a book entitled Religiosity at the beginning of the third millennium, interpretation of the symbolic-religious elements in social discursivitypublished by Editorial Académica Española.
I recognize as interesting and thought-provoking the aspects suggested by @eudemo in the call for participation, but in view of the complexity of the subject (about which an immeasurable bibliography has been written, from different methodological perspectives and from different professional specialties) I will choose to write, very succinctly, about some points that stand out in the current approach to the subject from the Social Sciences.
I understand perfectly well that religion can be understood as a particular, intimate feeling. A subject that can, and should, be written about from the heart and sensations. This is the way it has been collected in the spiritual manifestations -from the ritual manifestations to the literary ones- all over the planet. But Religion is also a subject of scientific study that must be approached with supreme delicacy because by touching it we are touching the foundations of human morality, which is the seat of all behavior.
It seems to me particularly important to differentiate the cultural phenomenon known as religion from the concept of church, which is a historical manifestation motivated by a complexity of social facts, which, besides religious sentiment, is also - without discrediting it - imbued by interests of cultural tradition, such as the supremacy of males or the adjudications of epiphanies, for example, as well as political and economic aspirations, among other motives.
Once we have established the premise that Religion and Church are two different facts, we will have an open mind to understand what the human tendency to religion really means, independently of beliefs in specific gods, ecclesiastical powers, personal interests or cultural impositions.
The state of the art in the study of religion (the most widely addressed topic in the social sciences) has started from the etymological origin of the word religion to understand the origin of religious behavior. The most conspicuous theorists have given their approval to the interpretation clarified by linguistics.
From this point of view, the word comes from the Latin verb relegare which means "to be attentive, to consider and observe". Let us note that relegare is the opposite verb to the verb negligere which means to neglect, to undermine.
In this way, the religious spirit described in the word religion seems to come from the need to attend scrupulously, with subtlety, to life.
This conception of religion can embrace all of us who wish to find in human existence a sense of transcendence, of cosmic union and of respect for the interpretation of the meaning of life of others, whoever those others may be and whatever their specific beliefs may be.
Around specific beliefs we humans have always created narratives, paradigmatic stories that tell us what the world was like before we existed. Against these stories we compare ourselves in order to lead a meaningful life.
The word meaning indicates a tendency, a directionality, that guarantees us, by following it, from the moment we are born, our social belonging, as if it were a sacred covering made for each man. No one wants, nor can feel alone, so he begins to believe in what his elders have believed for generations.
In the above explanation I am referring to the tremendous human value of the narrative contained in myths. The concept of Myth has become a shortcut to religious content. In the myths we can read, as in a book, the spiritual, religious characteristics of all human groups.
The cultural and pragmatic access to myths takes place through rites. The rite is the stereotyped and repeated way in which myths are interpreted -and reinterpreted-, that is, the way in which religion is exercised in social practice, often in ways that may go unnoticed.
Thus, when we speak of religion, we are not talking about just one aspect of cultural life. It is not a stretch to say that religion (seen in the narrative sense conferred by myths and ratified in the incessant re-actualization of myths in the repeated daily behaviors of a culture) is the synthesis of the total society.
Perhaps, knowing the holistic content of the word religion (understanding religion as "the way people live according to the religious feeling"), the word religion will cease to be a controversial concept, constantly evaded, and will be considered as one of the subjects that provides more knowledge about the human being and about which it is necessary to talk a lot.