Mi esposa (zullyscott) puede confirmar lo mucho que ando pensando en web3, y en todo lo que implica. Estudie filosofía, mi rama son las humanidades y aquí me tienen, en el mundo digital y aprendiendo sobre blockchain y cripto cada día. Como mi caso, muchos, creo que la irrupción de Web3 en el panorama tecnológico mundial ha suscitado un intenso debate, no solo en ámbitos técnicos o económicos, sino también en el terreno humanístico, en mi caso lo miro desde lo filosófico. Más allá de las criptomonedas, los tokens, los NFT, las DEFIs y los smartcontracs, laWeb3 representa un profundo cambio en la forma en que concebimos la propiedad, la identidad y sobre todo la interacción social, de esto ya he escrito mucho. Así que estas líneas a continuación, intentaré explorar cómo Web3 puede ser entendida como una nueva era de filosofía práctica, ya que las ideas abstractas se materializan en sistemas tecnológicos que reconfiguran nuestra realidad.
Sabemos que de los pilares fundamentales de Web3 es la descentralización, a diferencia de la Web2 que está dominada por grandes corporaciones que controlan la información y los datos de los usuarios, Web3 propone una red distribuida donde el poder está más disperso y disperso no significa desordenado, de hecho esta descentralización evoca antiguas tradiciones filosóficas que valoraban la autonomía individual y la democracia en cierto sentido. Aunque en estos ideales se traducen en protocolos técnicos y mecanismos de consenso que permiten la creación de sistemas autosostenibles y resistentes a la censura.
Aunque no quiero mencionar demasiado como Web3 desafía las nociones tradicionales de propiedad y identidad, ya que de esto he escrito mucho, pero. Siento que es el punto de partida a la idea de web3 como potenciadora de entornos humanísticos, ya que en sí misma, web3 es la filosofía detrás de blockchain. Por ejemplo, hablemos de la identidad en Web3, ya que no está vinculada a una entidad centralizada, sino que al ser construida a través de múltiples interacciones y transacciones en la blockchain nos permite entender como lo tecnológico dispara nuevos horizontes de significado.
Epistemologicamente hablando nos podemos preguntar “¿Qué significa ser una persona?” y los entornos digitales que cada vez más influyen fuera de lo digital me hace pensar en que nuestra identidad en web2 responde de cierta manera , manera que ha devenido en profundos trastornos psicológicos y que poder recobrar autonomía de lo que soy en entornos digitales, puede comenzar a apaciguar los daños de la centralización.
Lo que me hace pensar en que la creación y el funcionamiento de las aplicaciones descentralizadas (dApps) requieren de blockchains con sistemas de gobernanza que permitan tomar decisiones colectivas. De hecho, ya existe, si no sabes cual, hablo de Hive. Aunque en este sentido, es válido preguntarnos ¿Cómo se resuelven los conflictos? ¿Quién establece las reglas del juego? Estas preguntas nos remiten a debates clásicos sobre la justicia, la equidad y la legitimidad del poder. Web3 ofrece un laboratorio único para experimentar con nuevas formas de gobernanza, basadas en el consenso y la participación de todos los interesados y si te interesa acercarte a una comunidad vibrante profundamente activa en este sentido, Hive es perfecta.
Personalmente, poder decir que soy cofundador de un proyecto en esta blockchain, un proyecto de humanidades es profundamente interesante, ya que el camino que me ha tocado transitar junto a todo el team que forma parte de Humanitas es precisamente observar el comportamiento humano en un entorno digital diferente a los habituales.
Ya que precisamente entender que Web3 promete una mayor autonomía y empoderamiento individual, es profundamente curioso, aunque también plantea desafíos importantes en términos de desigualdad y exclusión. La adopción de tecnologías como blockchain y criptomonedas no es todavía del todo homogénea, y existe el riesgo de que se creen nuevas formas de oligarquías digitales, y es por eso que precisamente en Humanitas promovemos un debater abierto desde las humanidades.
En pocas palabras Web3 representa una oportunidad única para repensar nuestras estructuras sociales y económicas. Al ofrecer nuevas herramientas para la colaboración, la confianza y la transparencia, este desarrollo apalancado en una nueva manera de hacer tecnología digital, tiene el potencial de transformar radicalmente la forma en que vivimos e interactuamos. Sin embargo, para aprovechar al máximo este potencial, hay que sumergirse y explorar, también experimentar y sobre todo equivocarse.
Quiero terminar estas líneas con un intento de llamado a la acción. Como humanistas con cierta inclinación a lo tecnológico y sobre todo como ciudadanos, debemos participar en el debate sobre el futuro de Web3. Es fundamental que desarrollemos una comprensión profunda de los principios que subyacen a este desarrollo y que trabajemos juntos para construir un futuro mejor, ya que lo digital ahora no está contenido en las pantallas.
PD:Te invito a participar en las iniciativas de la comundad:
INICIATIVA: Ingenierías y Humanidades
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