Maestro, ¡qué bien se está aquí!
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Maestro, ¡qué bien se está aquí! Esta expresión, cargada de emoción es lo que todo cristiano siente al lado de su Señor y Salvador.
En el Evangelio de San Marcos (9: 2-10) leemos varias situaciones importantes la primera de ellas es el hecho de que Jesús sólo escogiera a tres de sus discípulos para que les acompañarán, Pedro, Santiago y Juan quienes fueron testigos presenciales de la transfiguración de su maestro. La segunda situación importante la reunión entre Jesús, Elías y Moisés; ¿qué hablaron, qué se dijeron? muchos estudiosos de las Sagradas Escrituras han presumido saber qué ocurrió verdaderamente en ese encuentro, sin embargo, el evangelista Marcos no dice nada al respecto. Son los evangelistas (Lucas 9:30, 31) y (Mateo 16:21) los que dan luces de la conversación: se ponen a hablar con Jesús de lo que va a sufrir, de su pasión y muerte que va a suceder en Jerusalén, pero también de su gloriosa resurrección Y el tercer aspecto, el cual considero el de mayor importancia, es la voz de Dios diciendo: Este es mi Hijo amado; escuchadlo. No cabe dudas que Jesús es el hijo de Dios.
El evangelio describe el momento como un acontecimiento de luz intensa, una situación atípica, todo alrededor de Jesús cambió para darle paso a la transfiguración; las ropas de Jesús y su rostro se vieron resplandecientes y a su lado Moisés y el profeta Elías. Por cierto, a Juan el Bautista se le asocia con el profeta Elías porque cumplió un papel similar a éste, recordemos que Elías preparó el camino para Eliseo y Juan lo preparó para su primo Jesús, el Mesías, el Cristo. ¿Cuántos de nosotros hubiésemos querido ser testigos presenciales de la Transfiguración de nuestros Señor Jesucristo? Pidamos a Jesús que nos haga sentir el gozo que sintieron sus discípulo al estar con Él.
Evangelio, domingo, 28 de febrero de 2021.
Lectura del santo evangelio según San Marcos (9: 2-10):
En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Estaban asustados, y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: Este es mi Hijo amado; escuchadlo. De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos. Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor
Master, how good it is here!
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Master, how good it is here! This expression, charged with emotion, is what every Christian feels next to his Lord and Savior.
In the Gospel of Saint Mark (9: 2-10) we read several important situations, the first of which is the fact that Jesus only chose three of his disciples to accompany them, Peter, James and John who were eyewitnesses of the transfiguration of his master. The second important situation is the meeting between Jesus, Elijah and Moses; What did they talk, what did they say? Many scholars of the Sacred Scriptures have presumed to know what really happened in that encounter, however, the Evangelist Mark does not say anything about it. It is the evangelists (Luke 9:30, 31) and (Matthew 16:21) who illuminate the conversation: they begin to talk with Jesus about what he is going to suffer, about his passion and death that he is going to happen in Jerusalem, but also of his glorious resurrection And the third aspect, which I consider the most important, is the voice of God saying: This is my beloved Son; listen to him. There is no doubt that Jesus is the son of God.
The Gospel describes the moment as an event of intense light, an atypical situation, everything around Jesus changed to give way to the transfiguration; Jesus' clothes and his face were shining and at his side Moses and the prophet Elijah. By the way, John the Baptist is associated with the prophet Elijah because he fulfilled a role similar to this one, let's remember that Elijah prepared the way for Elisha and John prepared it for his cousin Jesus, the Messiah, the Christ. How many of us would have liked to be an eyewitness of the Transfiguration of our Lord Jesus Christ? Let us ask Jesus to make us feel the joy that his disciple felt in being with him.
Gospel, Sunday, February 28, 2021.
Reading from the holy gospel according to Mark (9: 2-10):
At that time, Jesus took Peter, James, and John, climbed a high mountain with them alone, and was transfigured before them. Their dresses turned dazzling white, as no full-bodied man in the world can leave them. Elijah and Moses appeared to them, conversing with Jesus.
Then Peter spoke up and said to Jesus: Teacher, how good it is here! We are going to build three tents, one for you, one for Moses, and one for Elijah. They were scared, and I didn't know what it was saying. A cloud formed and covered them, and a voice came out of the cloud: This is my beloved Son; Listen to him. Suddenly, as they looked around, they saw no one but Jesus, only with them.
As they were coming down from the mountain, Jesus commanded them: Tell no one what you have seen, until the Son of Man rises from the dead. This stuck with them, and they discussed what that of rise from the dead.