Su rumbo equivocado. Soneto clásico.

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Su rumbo equivocado.

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Tristeza, yo no sé si agradecerte
que no nos encontremos hoy unidos
porque, en realidad, éramos sufridos
y era imprecisa siempre nuestra suerte.

Ocasionarme pudo hasta la muerte,
pero se relajaron mis sentidos
que aunque resquebrajados y aturdidos,
me ayudaron también a ser muy fuerte.

Pero me encuentro triste pues su sino
se fue por un sendero en desatino,
y tiene sufrimiento de crudeza.

Yo pude haber vivido esa amargura,
pero lamento toda esa negrura
y es esa la razón de mi tristeza.