Relato: De hipertensiones y reencarnaciones

La noticia le cayó como bomba a Teresa apenas el doctor vio los resultados de su análisis. La sorpresa y la frustración eran tan grandes que no supo en ese momento si sentarse a llorar o resignarse ante la idea de que posiblemente se la pase ahora en adelante cambiándose de ropa como desquiciada por el sudor.

Eso o dejar que su hipertensión, ese asesino silencioso que ha matado a más personas que cualquier pandemia actual, le hiciera el favor de matarle ahí mismo.

¿Qué iba a hacer si no tenía un empleo estable, con un salario muy variable y con problemas en casa cada vez más grandes?, ¿qué iba a hacer cuando no tiene otro lugar a dónde ir, pues por la pandemia todas las bibliotecas están cerradas?, ¿qué rayos debía hacer ahora que estaba luchando por juntar el dinero para largarse de aquél infierno en donde vivía?

Con una triste sonrisa en el rostro, se despidió del médico y salió del consultorio de la farmacia hacia la calle. Caminando por las inmediaciones de la Plaza Grande, sintió las ganas de irse a alguna cafetería abierta y gastar lo que quedaba de su dinero en el frappé con el mayor exceso de azúcar posible.

Sentándose en el banco, levantó la mirada hacia el cielo, enajenándose por completo de todo lo que le rodeaba. Las nubes se estaban tornando negras, amenazando con caer la lluvia en cualquier momento.

Ideas sobre reencarnaciones cruzaron su mente; quizás muera y reencarne en alguna chica del siglo XIX o de algún universo alterno en donde ella pueda ser feliz a su manera. O quizás tendría que planear bien qué hacer en lugar de leer aquellos mangas tipo isekai o reencarnación en otros tiempos, porque solo había una vida y debía aprovecharla para ser feliz por lo menos.

Con un suspiro, se levantó del banco y se marchó hacia su trabajo, hacia aquella vida monótona a la que estaba condenada desde su niñez.



Fuente de la imagen: Pexels


H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
1 Comment
Ecency