ERRORES A CORREGIR

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ERRORES A CORREGIR

     Tal vez el asunto comenzó a finales del siglo XIX en las oficinas de contabilidad donde se hizo común el galicismo “cuentas a cobrar”, “cuentas a pagar”, “efectos a cobrar”, “efectos a pagar”, expresiones que luego se extendieron y se hicieron habituales en el lenguaje oficinesco y desde entonces es común oír o leer frases como “puntos a tratar”, “asuntos a discutir”, “ejemplo a seguir”. Y eso es lo grave, que se haya generalizado un extranjerismo que estaba solo reservado al ámbito de la contabilidad.

     Lamentablemente, ahora hablamos de “libros a leer”, “oraciones a rezar”, “candidatos a votar” y hasta de “errores a corregir”.

     En la Ortografía de la lengua española (2010) encontramos un apartado que se refiere a este asunto, o sea, al empleo de un sustantivo + a + infinitivo, señalando expresamente que es una estructura inelegante y normativamente poco recomendable. Advierte que en “muchas ocasiones su uso es superfluo y, por consiguiente, resulta preferible evitarlo”.

     Y es tan importante para el bien hablar y el bien escribir, que el Diccionario panhispánico de dudas también metió su cuchara en esta sopa y nos dice que este tipo de construcciones se aceptan, sí; pero en los ámbitos de economía, que es donde han estado asentadas; sin embargo, nos deja ciertas luces encendidas para que tengamos cuidado, pues hay que evitar cacofonías y no decir, por ejemplo, “tareas a hacer”.

     Y digo yo, aunque sea en su ambiente de contabilidad, francamente se escucharía bien feo, expresiones como “asientos a ajustar”, balances a auditar” o “saldos a analizar”.


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Imagen y texto de Tomás Jurado Zabala
Gracias por sus amables lecturas

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