Entrada al Concurso de microrrelato: Aventuras en el mar, de Literatos | El naufragio de Ramiro

El naufragio de Ramiro.

El mar había estado embravecido y no se había podido salir a la pesca, los días pasaban y como decía el dicho barco parado no gana flete.

María, su mujer no se cansaba de quejarse, tenían que hacer algo para traer comida a la casa, tenía dos niños que alimentar, así que Ramiro y otros marineros decidieron echarse a la mar. Los cinco hombres desataron el pequeño barco pesquero en medio de un viento nada alentador.

—María espérame, ya traeré comida para todos, —le dijo Ramiro, —¡muchachos a encomendarse a Dios y zarpemos!

María y otras mujeres fueron a despedirlos y vieron como el horizonte se los fue tragando.
—Ya no lo veo mamá, —dijo uno de los niños.
—Ahora nos toca esperar hijo.

El viento jugaba con el barco, lo mecía y lo arrastraba con fuerza, sintieron un fuerte golpe.
—¡Ramiro, algo se rompió allá abajo!
Las olas empezaron a levantarse con más fuerza y el cielo se fue pintando de gris.

—¡Gregorio, mira lo que viene! ¡Hay que protegerse!

Todos fueron buscando como enfrentar aquel oleaje que se les venía encima, los gritos se perdieron en un ruido espantoso, el barco fue arrastrado y llevado hacia unos acantilados, los maderos del barco saltaron por el aire.

Ramiro, presa de los nervios se aferró a un madero atascado entre unas piedras, miraba a todos lados buscando a sus compañeros, pero parecía estar solo en aquel lugar. Tenía que salir de allí y montarse sobre el islote, iba a ser muy duro mientras la tormenta no se apaciguara.

Cuando la tormenta se calmó, empezó su lucha para llegar a un lugar más seguro en aquel islote, cualquier ola podía tirarlo sobre las rocas; no sabía en qué lugar se encontraba.

En el pueblo se organizaban para salir en la búsqueda de sobrevivientes, en la playa reposaban algunos restos del barco y muchas mujeres llorando.

—¿Qué vas a hacer ahora María? tienes que darle de comer a los niños.
—Hablaré con el hijo del Canario, a lo mejor me ayuda con algo.

Ramiro no podía entender cómo llegó hasta la playa, se quedó dormido y unas mujeres lo arrastraron a un lugar seguro, luego vino el delirio, ¿dónde estoy María? ¡Tengo sed, me estoy quemando! !María, conseguí esta lancha voy por ti y por mis hijos. ¡María!...

Desde allí la veía bailando medio desnuda en la playa con el Canario, recordó los buenos tiempos como pescador, ahora solo esperaba que llegara el cantinero con otra ronda de cervezas que pagaban los amigos, se

preguntaba qué hubiera pasado si se hubiera embarcado ese día, recuerda que sus amigos lo arrastraron porque no podía levantarse de lo borracho, lo tiraron en la orilla para que las olas lo golpearan y le despejaran un poco, luego todo llegó como una pesadilla, recuerda que María prefirió irse con el Canario, esos niños podían haber sido suyos, dejó caer la cabeza sobre la mesa y lloró en silencio.
—¡Hey Ramiro, vas a seguir durmiendo!




Las imágenes fueron generadas con la inteligencia artificial Wombo.art y editadas con PhotoScape.

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
8 Comments
Ecency