El Gallo

Buenos días, gente hermosa. Acudiendo a la invitación que nos hacen los amigos de @hispaliterario para su reto de Entre escaleras te veas por aquí les comparto mi pequeña creación inspirada en las directrices que nos dejaron. Espero sea de su total agrado...

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El Gallo

Luego del estruendo sobrevino una pesada calma. Al pie de la escalera estaba el cadáver. Por la fina alfombra y como una colonia de hormigas, la sangre fluía en todas las direcciones, huyendo del cuerpo. Los sirvientes se persignaron al ver el rictus macabro que maquillaba aquel rostro: los ojos, desorbitados, parecían pedir auxilio. Un singular aleteo les sacó de su asombro. Sobre el busto final que adornaba el pasamanos de la hermosa escalera, un enorme gallo estaba posado. Su plumaje era tan brillante y encendido que resultaba absurdo dentro de aquel cuadro monocromático y trágico. Observaba la escena, curioso, como una pincelada fresca y viva. Abultó el buche y abrió el pico, pero no se escuchó ningún canto.

En lo alto de la escalera, pálida y espectral, recortada contra los cortineros azules, estaba la señora de la casa. La bata de dormir que cubría sus formas acentuaba aquel aire fantasmagórico. No había expresión en su rostro ni agitación en su respiración, sólo un mechón de cabello sobre la frente daba cuenta de alguna extraña rebeldía. Tenía un brillo singular, como un cirio fúnebre frente a un ataúd. A sus pies, como siempre, el pequeño engendro de tres brazos se movía inquieto bajo su vestido y, de vez en cuando, asomaba la horrible cabeza como un querubín infernal a los pies de una virgen.


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The Rooster

After the roar came a heavy calm. At the foot of the stairs lay the corpse. On the thin carpet, like a colony of ants, blood flowed in all directions, fleeing from the body. The servants crossed themselves as they saw the macabre rictus that made up the face: the eyes, wide open, seemed to cry for help. A singular fluttering brought them out of their astonishment. On the final bust that adorned the handrail of the beautiful staircase, a huge cock was perched. Its plumage was so bright and fiery that it seemed absurd in this monochromatic and tragic picture. He watched the scene, curious, like a fresh, living brushstroke. He flared his crop and opened his beak, but no song could be heard.

At the top of the stairs, pale and spectral, silhouetted against the blue curtains, stood the lady of the house. The dressing gown that covered her form accentuated the ghostly air. There was no expression on her face, no agitation in her breathing, only a lock of hair on her forehead betokened some strange rebelliousness. He had a singular glow, like a funeral candle in front of a coffin. At her feet, as always, the little three-armed creature stirred restlessly under her dress, and now and then poked its hideous head like an infernal cherub at the feet of a virgin.


Esta traducción fue hecha con la ayuda de DeepL Translate

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