Marc ChagallWikiart. Dominio público
Sin tierra al frente
Con sus trágicas vestiduras
aparecieron las nubes frías,
con el olor a tierra mojada en el vientre,
bastearon con hilos negros la vida.
Aquella mañana de hecatombe,
con el corazón mordido por la muerte,
frente al cadáver de la abuela,
estaba yo, con la boca cerrada y alta la frente.
El llanto era un estruendo de sirenas varadas,
mientras le quitaban los botones al vestido
para que su alma no se quedara.
Un círculo de plástico cayó al piso.
Yo lo tomé entre mis manos niñas
y sin romper el rito,
lo metí en el sarcófago sin ser vista.
Con ojos de lechuza toda la noche,
con ojos cansados por una antigua tormenta
lo oscuro retumbaba adentro,
como un látigo, una espina, una sierra.
La pálida despedida era un hecho,
pero en fortuita metamorfosis,
el rostro de la abuela ahora sonreía.
En ese instante vi pasar su sombra
Y como si estuviera cansada, se sentó en una silla.
Luego el llanto se volvió un diluvio
y todos comenzamos a naufragar
aferrados al ataúd que era una isla.
Entre ellos persiste la idea de estar vivos,
pero yo sé que es mentira.
Nos ahogamos, morimos:
no había tierra para salvarnos
y desde ahí la abuela nos visita todos los días.
Esta es mi participación en el Primer Concurso Literario "Tinta Imaginaria”: Realismo maravilloso. Me encantaría invitar a mis amigos @oacevedo y @juniorgomez para que se unan esa maravillosa realidad.