Goodbye, Lola
Lola era una mujer hermosa, de esas que al pasar te quitan el aliento. Trabajaba en el muelle y en un bar de la ciudad donde iban todos los marineros. Cuando él la conoció, sabía que no era el único detrás de sus caderas, embrujado con su pelo. Pero él quiso ser diferente y por eso siempre le dedicaba canciones, según él para crearle recuerdos.
Solo una noche bastó para que todo fuera distinto. Lola en la barra llorando por un antiguo amor ya ido y él, a su lado, tratado como un simple amigo. Vio de cerca sus ojos llorosos como faros apagados y fríos, y sintió en el mismo pecho, el despecho de mil cuchillos.
Ahora sin horizonte y sin barco, el marinero al escuchar la música echa mil suspiros. ¿Dónde estará, Lola? ¿A dónde habrá ido? Se pregunta el marinero en sus recuerdos metido y rememora a Lola, con un lindo vestido, mientras le dice adiós: "Goodbye, Lola", y poco a poco va quedándose dormido.