Julio Herrera y Reissig: la extravagancia de la palabra en la poesía hispanoamericana

Un poeta extraño, pero de indudable relevancia en la renovación de la poesía de habla hispana —proceso que se inicia con el Modernismo y Rubén Darío, a finales del siglo XIX—, es el uruguayo Julio Herrera y Reissig. Entraría perfectamente en la denominación "Los raros", que usara Rubén Darío, en su libro publicado en 1896, para referirse a poetas admirados por él, pero ignorados o despreciados, por su extravagancia, complejidad, refinamiento y hedonismo, como ha señalado la crítica. Herrera y Reissig calza completamente en esos caracteres, particularmente con la producción poética de los últimos diez años de su vida.


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El poeta Julio Herrera y Reissig - Fuente


Nacido en Montevideo el 9 de enero de 1875, se caracterizará por una debilidad crónica de salud, una enfermedad cardíaca congénita, que incide capitalmente en su vida y en su obra, haciendo de él un hombre casi sedentario y retirado, y dando una visión a su creación poética. Sufrió episodios críticos que lo aproximaron a la muerte; de allí que llegara a decir:

¿Queréis saber de mi amistad primera? –Pues bien: fue con la muerte. Mi vocación por el arte se me reveló de un golpe frente a esa enlutada.

Formado en el romanticismo tardío, se identificará con el simbolismo, pero luego derivará a una poesía singular. De su valoración de esa clave de la literatura, que asumiera conscientemente la tendencia francesa desarrollada a finales del XIX, Herrera y Reissig afirmó:

Todo tiene un símbolo, todo esconde una revelación. La forma de cada objeto expresa el fondo. Un enorme pensamiento diseminado late oscuramente.

Los estudios y la crítica literaria de la obra de este extraordinario poeta, que también escribiera muy interesantes ensayos y textos de ficción, han destacado algunos caracteres que podríamos sintetizar a continuación.


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Una edición de su obra completa - Fuente


Una visión de la realidad de intensa proyección psíquica, por la que el mundo representado constituye un universo alucinado, manifestado en imágenes insólitas, abstractas y/o abstrusas, tocando lo absurdo e irracional. En sus creaciones los ambientes suelen ser naturales, de tipo rural pero de tono idílico, y hay presencia de un erotismo peculiar. Es fundamental el juego irónico, con algo de humorismo, y, sobre todo, la ambigüedad final.

Estos caracteres hacen de él un innegable exponente de la modernización literaria en Hispanoamérica, que abre el paso a lo que será la vanguardia poética de las décadas siguientes.

Antes de pasar a su poesía, dos últimas citas de su poética:

No expliquéis, ya que en la metafísica de la palabra y de la simple cosa se llega a un punto en que se pierde pie.

El arte es combinación, indagación, auscultación, interpretación. ¡Ved algo nuevo y crearéis! ¡Oíd un nuevo sonido, descubrid una nueva línea, un nuevo matiz!


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Reproduzco seguidamente tres de sus más importantes sonetos, que es la composición de más logros en lo indicado.

Julio

¡Frío, frío, frío!
Pieles, nostalgias y dolores mudos
.

Flota sobre el esplín de la campaña
una jaqueca sudorosa y fría,
y las ramas celebran en la umbría
una función de ventriloquia extraña.

La Neurastenia gris de la montaña
piensa, por singular telepatía,
con la adusta y claustral monomanía
del convento senil de la Bretaña.

Resolviendo una suma de ilusiones,
como un Jordán de cándidos vellones,
la majada eucarística se integra;

y a lo lejos el cuervo pensativo
sueña acaso en un Cosmos abstractivo
como una luna pavorosa y negra.

Obsérvese como los componentes de la naturaleza son ataviados de caracteres propios de una dinámica psíquica (esplín, jaqueca, neurastenia, monomanía), conformando un paisaje umbrío y fantasmático, a través de imágenes casi impenetrables, pero de una analogía posible de identificar, como la "majada eucarística" para nombrar el rebaño de ovejas. Puede considerarse, también, la referencia a julio como mes de invierno en el sur, pero también alguna alusión a él por medio de su nombre.

***

Neurastenia

Le spectre de la realité traverse ma pensé
Víctor Hugo

Huraño el bosque muge su rezongo,
y los ecos llevando algún reproche
hacen rodar su carrasqueño coche
y hablan la lengua de un extraño Congo.

Con la expresión estúpida de un hongo,
clavado en la ignorancia de la noche,
muere la Luna. El humo hace un fantoche
de pies de sátiro y sombrero oblongo.

¡Híncate! Voy a celebrar la misa.
Bajo la azul genuflexión de Urano
adoraré cual hostia tu camisa.:

"¡Oh, tus botas, los guantes, el corpiño...!"
Tu sueño expresará sobre mi mano
la metempsícosis de un astro niño.

Abstruso, sin duda, este poema; sin embargo, volvemos a encontrar la caracterización psíquica de lo natural, esta vez con un carácter más marcadamente irónico y asombroso, como es el modo de referirse a la luna ("Con la expresión estúpida de un hongo / clavado en la ignorancia de la noche"). Pero, además, encontramos una escena propia de un ritual extraño y profanador, donde se muestra o sugiere, en medio de una gran ambigüedad, una escena de cierta apariencia erótica, en un contexto referencial signado por lo mítico (Urano, astro niño) y oscuro, casi gótico.


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Fecundidad

«¡Adán, Adán, un beso!», dijo, y era
que en una gemebunda sacudida,
el absurdo nervioso de la vida
le hizo temblar el dorso y la cadera...

El iris floreció como una ojera
exótica. Y el «¡ay!» de una caída
fue el más dulce dolor. Y fue una herida.
La más roja y eterna primavera...

«¡Adán, Adán, procúrame un veneno!»,
dijo, y en una crispación flagrante
la eternidad atravesóle el seno...

Entonces comenzó a latir el mundo.
Y el sol colgaba del cenit, triunfante
como un ígneo testículo fecundo.

Este poema tiene un tono paródico, a mi modo de ver. Pareciera parodiar el momento bíblico del Génesis, cuando Adán y Eva son tentados por el placer de sus cuerpos, produciéndose ese "pecado original", que es la caída, pero, a la vez, el origen de lo humano ("Entonces comenzó a latir el mundo"). Una alusión lúdica al coito y a la concepción, que cierra, como si se tratara de un contrapicado cinematográfico, con un sol colgante y triunfante, presentado por una imagen de carácter humorístico ("como un ígneo testículo fecundo").


Referencias:

Antología de la poesía hispanoamericana I (1993). Caracas: Monte Ávila Editores - USB Equinoccio.
https://es.wikipedia.org/wiki/Julio_Herrera_y_Reissig
https://es.wikisource.org/wiki/Categor%C3%ADa:Sonetos_de_Julio_Herrera_y_Reissig


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