Tienes los ojos abiertos
y no logras ver nada frente a ti,
solo puedes sentir el frío a tu alrededor y
cómo la oscuridad se convierte en algo sólido
que aplasta tu cuerpo hasta que no te puedes mover,
tan solo respirar.
Tienes la boca abierta
y quieres gritar, no puedes,
la oscuridad aprieta tu garganta,
desliza sus dejos por tu piel,
es una caricia que duele y no puedes evitar sentir,
no puedes hacer nada por evitarlo, solo te queda existir.
Tienes los ojos abiertos
y no puedes ver nada,
solo llorar, ahogarte en tus lágrimas,
tratar de vivir a través de ellas.
Dos puntos de luz aparecen frente a ti,
sientes esperanza, pero el terror
se apodera de cada célula de tu cuerpo
notando que es la oscuridad mirándote de vuelta.
Tienes la boca abierta y quieres gritar,
no puedes.
La oscuridad te sonríe
mientras sus dedos acarician tus labios
y entran en tu boca, tocan tus dientes,
tu lengua, tu paladar,
poco a poco entran en tu garganta,
poco a poco la oscuridad comienza a formar parte de ti.
Tienes los ojos abiertos
y te observas a ti mismo a través de un espejo,
puedes hablar, lo haces,
no reconoces la voz que sale de tus labios.
Tus ojos lloran, no sabes por qué,
tus labios sonríen, tampoco sabes por qué.
Duermes dentro de ti,
no hay necesidad de que te encargues de tu vida,
puedes dormir, dormir todo lo que quieras,
ya no eres tú, la oscuridad es tú,
duerme, duerme,
el mundo no vale la pena que seas consciente de él.