Si tomara la llave y abriera la puerta de mi celda, no ganaría nada. Seguramente todo se volverá más difícil. Si cruzara ese umbral oxidado, tendría que ir a lugares desconocidos a enfrentar horrores que ni siquiera puedo imaginar.
Si decido elegir mi libertad y cruzar por esa puerta, puede que al fin mi rostro vuelva a encontrarse con las caricias del viento, pero con terribles aromas de podredumbre.
No sé por qué estoy aquí. No sé qué pudo causarme tanto infortunio. Ya es una dura condena haber nacido en este mundo vacío y espeluznante. Hay tantos horrores por enfrentar y no hay forma de evitarlos. Ellos llegarán a mí. No tengo ninguna posible salida.
Si llegara a superar los laberintos insidiosos de estas ruinas, me estarían esperando allá afuera incontables peligros. ¿Qué sentido tiene? No tengo razones para creer que algo de esto cambiará. En la vida y en la muerte parece haber solo algo cierto: no hay paz ni descanso.
Somos un fenómeno escaso en la tela del plano máximo de la existencia. Yo no debería haber sido posible y, sin embargo, tengo el tenaz atrevimiento de seguir respirando.
Esa es la realidad. Las probabilidades están en mi contra. La muerte es ineludible. Cualquiera puede perderlo todo en un solo segundo. Ante tanta incertidumbre yo solo tengo una esperanza. Que se encienda la hoguera y su calor me restaure. Solo su luz es capaz de darle claridad a mi mente.
Tras cada derrota siempre vuelvo a reflexionar con duras críticas. Mi ritual me encuentra con la llama seductora de una hoguera encantada. Para seguir adelante necesito fuego. Solo así hay luz y calor en un alma ensombrecida y clavada en una lúgubre edad de hielo.
Inhalo, exhalo, visualizo el futuro y lo desafío a derrotarme. Siempre puedo renovarme y aprender de mis errores. Siempre puedo encender la hoguera y olvidarme de los males. Necesito de un cálido lecho para mi descanso para mantener el control de mis acciones. Cada vez es más difícil llevar una lucha contra mi suerte.
He querido gritar. He querido prescindir de mi cordura y descargar mi ira sin miramientos. He querido golpearlo todo, hacer sangrar mis nudillos y molerlos hasta que se quiebren sus huesos. Podría arrancar mi piel y rasgar mi carne. No tengo ningún control. Estoy en mi límite.
Pero debo levantarme y seguir adelante. No importa cuantas veces caiga. Estoy hecho para resistir cualquier golpe y no quedarme de brazos cruzados. Vivo para no quebrarme. Lo sé y sé que soy diferente. Puedo vivir y vencer sonriendo. Puedo luchar y caer y volver a intentarlo mil veces mientras pueda encender una hoguera al final del día. Nada puede detenerme. Bonfire lit.
Inspirado en el videojuego: Dark Souls
