Entrada al Concurso de microcuentos sobre vampiros y criaturas similares | Vampiro enamorado


Amigos en hive, especialmente compañeros en la comunidad de Literatos:

Esta es mi entrada al Concurso de microcuentos sobre vampiros y criaturas similares en honor a Drácula de Bram Stoker.

Evento que se realiza gracias al patrocinio de @theycallmedan,a quien agradezco, personalmente, el apoyo a la literatura en castellano.

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Fuente

Vampiro enamorado

Ella se llama Ambrosía.

Él, aunque inmortal, por tanto, poderoso, elegante y apuesto era solo un vampiro, como otros.

Ella es sublimemente bella.

Él, que ha volado por siglos, que podido mirar a mujeres desnudas a la luz de la luna, o vestidas como reinas, en castillos y mansiones, está loco por ella.

No la imagina exangüe, laxa, letárgica, obediente… la sueña como es ella.

La observa desde lejos, por gusto de mirarla, mientras ella camina, parece que levita, de regreso al recinto donde mora. La mira detenerse, conversar casualmente, ¡cómo brillan sus ojos!, ¡cómo vuela su pelo!, ¡cómo esconde, con sus manos, la sonrisa! ¡El cambiaría la eternidad por una sola vida!

Pasa el día entero en vela, inquieto es su ataúd, que ahora lo encarcela, no cesa de pensarla quiere saber todo sobre ella. Lo que antes gustaba, total independencia, ahora le parece una quimera. Es así como ha resuelto salir por la mañana, volar hasta el trabajo de Ambrosía. Con un gesto del ala se convierte en persona. Camuflado ante el sol, sombreros de ancha ala y negrísimos anteojos, parece un detective de novelas.

Allí la encuentra, enseñando francés en la academia. Una sola palabra, amour, escrita en la pizarra lo domina. La pronuncia perfecto, con voz grave: L’ amour. Ella encuentra su voz. Lo mira. Él sale hipnotizado, volando de la escuela, decidido.

Ya viene de regreso, ha hablado ante el más viejo Nosferatu. Ha explicado su caso, el consejo de ancianos ha lavado su sangre con un rito, ha extraído colmillos, ha retirado magnetismos y riquezas. En una limusina lo ha regresado al tiempo y al lugar de Ambrosía.

Ahora él toca su puerta, es casi medianoche, es luna llena. Allí aparece ella, vestida de etiqueta, tan esbelta. Él, ahora humano, le ofrece, con un buqué, su total entrega.

Los labios carmesíes hacen un gesto, parecen que se ofrecen en un beso. El cede ante la pasión, como un poseso.

Ahora advierte el cambio de los ojos de Ambrosía a color fuego. Quiere correr despavorido, pero en su cuello siente los colmillos vampirescos.


Gracias por leer

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@gracielaacevedo

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