Poesía: Promesa de sangre [Esp-Eng]

Es simple, aunque para los demás sea imposible de entender. En ti vive una parte de mí que jamás se extinguirá, aunque nos intenten convencer. Porque eres mi sangre. Porque eres mi voz. Porque eres un hilo de mi alma que siempre arderá sin pretensión. En ti vive mis ganas de luchar. En ti vive mi amor. No nos alejaremos ni le restaremos valor a nuestra unión a pesar de los años, en cambio fortaleceremos nuestros lazos.

Lazos que vuelan con el viento a través de las tormentas. Lazos que se sumergen en los mares turbulentos de las dudas y miedos, aquellos lazos que tiran de nosotros con esmero, cuando estamos a punto de tocar fondo sin fuerzas y sin un lucero que nos alumbre en la peligrosa oscuridad. Porque tú eres mi piel. En ti me quedaré.

Me quedaré porque eres mi hogar. Palabras vienen y palabras van, pero tus ojos son mis espejos y tus heridas yo las siento. Me dueles. ¿Cómo explicarte que me dueles tanto? Sin importar las flechas y los terremotos que intenten tambalear nuestros cimientos, tú seguirás siendo parte de mi templo.

Mi templo que lleva incrustados en las paredes los hilos tejidos por años, hechos a mano y con amor. Traspasando el concreto y el umbral de cualquier supuesto reglamento. Tú eres la tranquilidad en una tarde cálida por la montaña, donde la brisa trae ecos de bienestar y el color de la lluvia es verde, como el alivio de sentirte cerca y a salvo.

A salvo de las cicatrices, de los demonios, de la sociedad y de los prejuicios. Siente mi mano en tu hombro, mi aliento en tu rostro, mi corazón latiendo al ritmo del tuyo. Más allá de las brasas de sus castigos. Más allá de las guillotinas que esperan cortar tus alas en el camino. Más allá de las cadenas que pretenden arrojar sobre tu libertad de amor.

Amor es amor y desde mi interior, tu felicidad le da vida a mi canción. La sonrisa que impregna de brillo tu alma, también pinta de colores mi casa. Dorado como mi paz y tajante como el negro de mi mortalidad, nada es más importante que tu felicidad. Los colores de tu bandera no me intimidan y las elecciones de tus amores no me avergüenzan, nuestra hermandad no morirá jamás.

Jamás te daré la espalda porque eres mi otra mitad. En tus venas corre nuestra misma sangre rojo intenso y bestial. Detrás de mí siempre te resguardaré, porque no debería ser delito amar sin importar a quién. Incluso si la política, la sociedad o nuestro apellido te condenan al abismo, en mi conseguirás siempre un refugio ante tu grito de auxilio, hermano mío.

Mío como las flores polinizadas en un campo de nuestra siembra. Mío como el destello en tus ojos la primera vez que me viste. Mío como tus rasgos parecidos a los míos. Mío porque eres mi sangre y mi fuente de alivio. Sin importar el camino que elijas ni tu orientación al descubrirlo, yo seguiré protegiéndote como un niño. Te amaré hoy y siempre, hermano mío.

It is simple, although for others it is impossible to understand. In you lives a part of me that will never be extinguished, even if they try to convince us. Because you are my blood. Because you are my voice. Because you are a thread of my soul that will always burn without pretension. In you lives my will to fight. In you lives my love. We will not drift apart or detract from our union despite the years, instead we will strengthen our bonds.

Bonds that fly with the wind through the storms. Bonds that plunge into the turbulent seas of doubts and fears, those bonds that pull us with care, when we are about to hit rock bottom without strength and without a star to light us in the perilous darkness. Because you are my skin. In you I will stay.

I will stay because you are my home. Words come and words go, but your eyes are my mirrors and your wounds I feel them. You hurt me. How can I explain to you that you hurt me so much? No matter the arrows and earthquakes that try to shake our foundations, you will remain part of my temple.

My temple that carries embedded in the walls the threads woven by years, handmade and with love. Transcending the concrete and the threshold of any supposed regulation. You are the tranquility in a warm afternoon by the mountain, where the breeze brings echoes of well-being and the color of the rain is green, like the relief of feeling you close and safe.

Safe from scars, from demons, from society and prejudice. Feel my hand on your shoulder, my breath on your face, my heart beating in rhythm with yours. Beyond the embers of your punishments. Beyond the guillotines waiting to clip your wings on the road. Beyond the chains that pretend to throw on your freedom of love.

Love is love and from within me, your happiness gives life to my song. The smile that permeates your soul with brightness, also paints my house with colors. Golden as my peace and sharp as the black of my mortality, nothing is more important than your happiness. The colors of your flag do not intimidate me and the choices of your loves do not embarrass me, our brotherhood will never die.

I will never turn my back on you because you are my other half. In your veins runs our same deep red and bestial blood. Behind me I will always shelter you, because it should not be a crime to love no matter who. Even if politics, society or our family name condemn you to the abyss, in me you will always find a refuge from your cry for help, my brother.

Mine like the pollinated flowers in a field of our sowing. Mine like the sparkle in your eyes the first time you saw me. Mine like your features resembling mine. Mine because you are my blood and my source of relief. Regardless of the path you choose or your direction in discovering it, I will continue to protect you as a child. I will love you today and always, my brother.