Había una vez un hombre bondadoso, un tanto infantil pero con un gran sentido por la justicia, llamado Don Quijote.
Después de la muerte de su esposa, se echó al abandono y solo le entretenía ver televisión, leer poemas, cuentos, y sobre todo las obras de Miguel de Cervantes.
Vivía solo en un rancho en su parcela que apenas atendía desde que su Dulcinea murió. Así la empezó a llamar después de muerta.
En el año 2016 la situación económica del país comenzó a ponerse crítica.
luego vino el covid-19 que, por cierto, lo enfermó y un vecino llamado Sancho Panza se acercó y lo ayudó durante su enfermedad que superó pero quedó sufriendo más de depresiones aunadas a unas alucinaciones que se fueron incrementando viendo los noticieros hasta el punto de perder la cordura; cosa que aprovechó su vecino Sancho Panza para ir apoderándose de las cosas que con sacrificio obtuvo Don Quijote.
Sancho Panza era un hombre un poco más materialista y aprovechó la condición de su vecino Don Quijote hasta para cobrarle la pensión que le pagaba el gobierno de su país se quedaba con la mayor parte del dinero de esa pensión que invertía en su parcela.
Don Quijote se graduó de abogado pero cuando vio que en su país las leyes solo estaban escritas en una constitución que no se aplicaba, decidió irse al campo con su esposa a sembrar para subsistir.
A partir de allí se convirtió en :El Justiciero de la Humanidad", como él mismo se bautizó .
Desde entonces en cada lugar donde asistía acompañado de su inseparable de su inseparable "dizque amigo" Sancho Panza; comenzó a hablarle a las personas y las incitaba a rebelarse y lo apoyaran en sus ideales como Justiciero de la Humanidad.
Un día, al subirse a un autobús,se quedó parado en el estribo y se presentó como el abogado Justiciero de la Humanidad y algunos pasajeros
se asustaron, otros se taparon la boca para disimular la risa, otros lo miraron con ojos de compasión luego de presentarse comenzó diciendo que lo siguieran en su marcha hacia la justicia para acabar con esos monstruos disfrazados de corderos.
_¡Salgamos a las calles con nuestros machetes en mano por si algún gerdame se le ocurriera entorpecer sus protestas!
Y al final les dijo que no se preocuparan porque él sería el líder por el poder que le confería su gran creador Don Miguel de Cervantes