Entrada al Concurso de microcuentos sobre vampiros y criaturas similares | La primera Siega

Hace mucho tiempo que no participaba en un concurso de #Literatos. He visto pasar convocatorias muerta de la envidia. Las últimas coincidieron con viajes de trabajo. Hasta que hicieron esta, Concurso de minicuentos sobre vampiros y otras criaturas similares, en homenaje a "Drácula" de Bram Stokerque coincidió con un reposo médico por síndrome de túnel carpiano jejeje... Pues hice mucho reposo para poder llegar aquí. Es un tema que me apasiona, como me apasionan todas las historias de terror. Hice también una pequeña ilustración con colores de cera sobre papel de acuarela. Estoy feliz.
Y estoy muy agradecida con #literatos, y su gran equipo, por la labor de difusión y apoyo a la literatura en español en Hive. Es justo también dejar mi agradecimiento a @theycallmedan por promover tantas iniciativas beneficiosas.

PSX_20210603_211814.jpgIlustración propia
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La primera Siega


Con su sangre alimentaremos nuestra semilla. Ellos nos aplastarán la cabeza y nosotros beberemos la sangre de la copa de su corazón.
Del Libro de Los Días de la Siega.


Hijos míos, los bendigo.
Baja la cabeza, Azrael.
Esta noche debo advertirles.
Hinca la rodilla, Kemet.
Así lo hizo mi padre conmigo, cuando tuve edad para segar.
Y antes que él, lo hizo mi abuelo con mi propio padre.
La luna está roja y ustedes tienen esta hambre recién nacida en su vientres. En especial tú, mi niña, Lilith, que estás repleta de huevos y has sido fecundada. Siéntate a mi lado. Tu hambre es grande y pura.
Esta noche tus hermanos segarán para ti y te ofrendarán la copa rebosante de sangre del corazón de la presa. Te alimentarás y parirás portentos.
Soy viejo. Hago poca falta, pero todavía tengo que entregarles esta historia.
¡Despertarán los colmillos con la sangre de la Siega! ¡Cuánto gozo habrá en sus garras untadas con la grasa de los tigres! ¡Ustedes son los fuertes que han devorado a los débiles de la nidada!
Pero no se fíen.
Lo hombres son blandos y romos y calvos como polluelos. Monstruos lastimosos y contrahechos. Su vista es corta y no atraviesa, como la nuestra, las sombras de la Madre Noche. No han desarrollado, como nosotros, potentes alas para derribar la casa de los vientos, ni garras ni colmillos para destrozar la apetecible carne hasta las rojas venas y los ebúrneos huesos... pero tienen maldad y maquinaciones infinitas. Desgarren sus gargantas apenas tengan oportunidad. Quiebren sus cuellos sin demora. No permitan que sus voces hechiceras penetren sus oídos.
Cuando tengan su cerviz bajo la garra, ellos suplicarán. O los convencerán de que ustedes son engendros del mal. O intentarán seducir sus juveniles apetitos.
Los hombres son aviesos y no tienen dignidad. No los juzguen como guerreros.

Ahora, hijos míos, desplieguen alas, garras, colmillos... Es la noche de la primera Siega.
Yo esperaré aquí junto a mi niña hambrienta, con mi viejo corazón en un puño.

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Gracias por la compañía. Bienvenidos siempre.

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