Lo arcádico, si hemos de tomar en consideración el romanticismo de los poetas, vendría a ser algo así como el ensalzamiento de la bucólica felicidad.
Por lo tanto, si tenemos en cuenta ésta premisa, no habrá de sorprendernos que la Literatura y el Arte hayan hecho de la Arcadia y de lo arcádico, al menos desde un punto de vista surrealista, sinónimos de paz, de felicidad y de idealismo.
Idealismo y romanticismo, pueden llegar a convertirse, además, en poderosos aliados de ‘los hijos del Cíclope’, como metafóricamente podríamos considerarnos los freelance, que valiéndonos de nuestra intuición, intentamos convertir algo aparentemente sencillo, en un escenario idealizado, que pueda sugerir una ensoñadora irrealidad.
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