3 relatos de terror

Cómo no a habido ninguna publicación y soy nuevo me gustaría comenzar con tres relatos de terror encontradas de internet

1)El loco bajo la cama

Esta es la historia de una joven de [....], llamémosla Sara. De pequeña, Sara tenía miedo a la oscuridad, hasta que adoptó a un perro que le hacía compañía. Durante años, Sara dormía tranquila porque sabía que bajo la cama estaba su perro, y si tenía miedo solo tenía que extender la mano: entonces, el perro empezaba a lamerla hasta que se quedaba dormida.

Así pasaron los años y Sara se hizo adulta. Una noche, en la radio, escuchó que cerca de [....] estaba en busca y captura un asesino muy peligroso. Sara, acompañada de su perro, no tenía miedo: se metió en la cama, extendió la mano hacia el borde y el perro, como todas las noches, empezó a lamerla.

Durmió del tirón y, al despertar, le sorprendió que el perro no se hubiera cansado de lamerle la mano en toda la noche. O eso creía: al abrir los ojos, encontró al perro muerto sobre el suelo de la habitación. Bajo la cama, un hombre seguía lamiéndole la mano.

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2)El desafío del cementerio

Varias adolescentes habían ido a pasar la noche en casa de una amiga, aprovechando que sus padres estaban de viaje. Cuando apagaron las luces se pusieron a hablar de un viejo al que acababan de enterrar en un cementerio cercano. Se decía que lo habían enterrado vivo y que se le podía escuchar arañando el ataúd, intentando salir.

Una de las chicas se burló de aquella idea, así que las otras la desafiaron a que se levantara y fuera a visitar la tumba. Como prueba de que había ido, tenía que clavar una estaca de madera sobre la tierra de la tumba. La chica se fue y sus amigas apagaron la luz otra vez y esperaron a que volviera.

Pero pasó una hora, y otra más, sin que tuvieran noticias de su amiga. Se quedaron en la cama despiertas, cada vez más aterradas. Llegó la mañana y la chica no había aparecido. Aquel mismo día, los padres de la chica regresaron a casa y, junto al resto de padres, acudieron al cementerio. Encontraron a la chica tirada sobre la tumba… Muerta. Al agacharse para clavar la estaca en el suelo, había pillado también el bajo de su falda. Cuando intentó levantarse y no pudo, creyó que el viejo muerto la había agarrado. Murió del susto en el acto.

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3)Ven a jugar conmigo

Hace un tiempo, una amiga mía y yo decidimos hacer espiritismo por primera vez, ya que nunca antes nos habíamos atrevido a hacerlo. Llamamos a otras dos amigas para que nos acompañaran, ya que a mí me habían dicho que probablemente con solo dos personas sería más difícil que pasara algo. Nos costó trabajo convencerlas, pero al final cedieron. Lo preparamos todo y, un poco asustadas, comenzamos a hacer la ouija.

Durante la sesión, una de las compañeras a las que habíamos llamado dijo: “Yo me voy de aquí, menuda tontería esta de la ouija”. Nosotras nos asustamos un poco y decidimos dejarlo para otro momento.

Al cabo de unos días, la compañera que se había ido me llamó aterrorizada, diciéndome que, de camino a casa después de haber ido a estudiar a la biblioteca, al pasar por delante de una casa en ruinas que hay cerca de su hogar, una niña vestida de blanco le había pedido que jugara con ella. Mi amiga le dijo que no podía ya que tenía prisa por llegar a su casa, y acto seguido, la niña comenzó a llorar con lágrimas de sangre. Mi amiga salió de allí corriendo y al llegar a casa fue cuando me llamó. Hasta ahí fue lo que me contó mi amiga. En un principio me lo tomé a broma, pero algo me hacía pensar que mi amiga hablaba muy en serio.

En mi habitación comencé a darle vueltas al asunto y me acordé del día en que habíamos hecho espiritismo y de las malas maneras con las que mi amiga se había retirado. Pensé que no tendría nada que ver y me dormí. Al día siguiente esa misma amiga me llamó porque iba a quedarse sola en casa estudiando y tenía miedo, así que decidí acompañarla ya que yo tenía también que estudiar. Cogí un autobús y, ya en su casa, nos pusimos a estudiar. De repente, oímos a nuestra espalda un ruido como de arañazos. Las dos miramos y comprobamos horrorizadas que la niña que ella me había descrito estaba sentada sobre la cama de mi amiga, arañando la pared. Salimos corriendo de la habitación y al llegar a la puerta observé que mi amiga no estaba, pero yo estaba demasiado asustada para esperarla.

Un rato después, la policía llamó a mi casa informándome de que mi amiga había muerto de un ataque de asma. La habían encontrado en las escaleras de su casa, con una expresión de terror en su cara. Yo estuve en tratamiento psiquiátrico unos meses y ya me estaba recuperando, pero el otro día, en mi buzón apareció una nota escrita con letra de niña pequeña que decía: “Tu amiga murió por no jugar conmigo. Tengo una muñeca nueva…”. Yo creo que es una broma, ya que nuestra historia se ha hecho bastante popular en el pueblo, pero por otra parte tengo miedo… ¿vendrá a por mí?

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Espero les guste nos vemos luego 👋

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