Unos jovencísimos Suaves hablando de las noches de alterne, de las mujeres, el sexo y el alcohol, cuando todavía su sonido estaba directamente encadenado a la suciedad punk y el rock básico y primitivo que les había ganado la confianza de abrir para los Ramones en A Coruña un año antes.
Pero seguían siendo Suaves al fin y al cabo, con la voz pesada e inconfundible de Yosi y un texto de puro cachondeo aun por lo delicado, y escocido, del tema que trataba. Debutaban de esta manera y todavía siguen rockeando sin que esta vida haya podido con ellos como decían en el titulo de su primer disco.
Siguen ahí, subidos a un escenario entonado “Peligrosa Maria” para que todo el mundo la cante con ellos, todos los que crecieron con sus canciones y se las saben al dedillo de escuchárselas a sus hermanos y en los bares de turno.
Clásicos de nuestra movida, Los Suaves lo han sido todo para el rock duro/urbano de este país que con canciones como esta se ha ido ganando el corazón de muchos jóvenes que aprendieron las lecciones de la vida a ritmo de rock y filosofía de la calle con los mejores maestros posibles. Sexo, drogas y rock n’ roll en estado puro.