A unos 300 kilómetros del centro de control de misión en Houston, Richard Taylor, el jefe absoluto de programa de la estación espacial, ha sido contactado mientras descansaba, después de completar la misión de llevar a los cinco astronautas a la estación hace poco menos de 6 días e Informado de la grave situación. Debido a ciertos trámites burocráticos y logísticos, poder regresar de forma inmediata al centro de control de misión, le llevará unas dos horas mientras un helicóptero es autorizado, equipado y enviado en su búsqueda. Su presencia es fundamental, ya que Taylor es la única persona que puede acceder a los sistemas de operación y control de la cápsula, que flota rumbo a la tierra. En su desesperación para llegar al centro de control, ha tomado el fastuoso vehículo deportivo Chevrolet Camaro de su hijo mayor y ahora, se encuentra en una frenética carrera a alta velocidad en la autopista inter estatal, perseguido por varios vehículos de la policía.

Taylor se comunica con las autoridades locales y después de indicarles la situación de emergencia, las patrullas lo siguen a alta velocidad, despejando las vías para que pueda llegar lo más pronto posible a Houston. Gracias a su antigua experiencia como conductor de vehículos de carrera en los circuitos de NASCAR e Indianápolis y, escoltado por toda una gran flota de vehículos policiales, logra llegar al centro de control de misión justo cuando el helicóptero que debía buscarlo apenas tenía 15 minutos en el aire. Entra corriendo al edificio y de inmediato desbloquea y accede a todos los sistemas de control de la cápsula de reingreso.

— Centro de control Houston a la cápsula de reingreso. Scarlett, si nos escuchas, presiona en la pantalla de la extrema derecha, los tres pequeños botones en el lado izquierdo de la misma, — escucha Scarlett dentro de la cápsula y de inmediato cumple con las instrucciones.

— Aquí Scarlett, ¿Me oyen?— contesta con una voz un tanto asustada. De inmediato, se escucha una gran algarabía a través del auricular, celebrando el contacto positivo con la cápsula a la deriva. Le indican las instrucciones a Scarlett para que, de forma manual, reactive todos los sistemas de vuelo de la cápsula, se coloque uno de los trajes espaciales, se ubique en uno de los asientos, asegurándose con los cinturones de seguridad dispuestos y que se relaje. Después de realizar todas estas acciones, la cápsula procede a ejecutar todas las operaciones necesarias para el reingreso a la tierra de forma segura, todo de forma automática y autónoma, trayendo de regreso sana y salva a la perpleja astronauta.

Después de una exhaustiva investigación, se determinó un fallo general en los sistemas y códigos de los programas que controlan la operación de la cápsula, lo que desencadeno su desacoplamiento de la estación. Scarlett fue tratada como una heroína, ya que de no encontrarse dentro de la cabina, no se hubieran podido reactivar de forma manual los sistemas de la cápsula, lo que hubiera generado su inevitable caída y posterior destrucción. Aunque la tendencia de los viajes espaciales en una mayor autonomía de las naves y sistemas de control, sin casi o nada de intervención humana, la experiencia de Scarlett ha servido para demostrar que cualquier cosa puede salir mal, cuando de viajar al espacio se trata.